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Congresos

Uno ya está convocado, el del Partido Popular, que desencadenará luego los congresos regionales y locales. Otro, el del PSOE, pendiente de calmar las aguas antes de convocar las primarias que elijan a un nuevo secretario general al que solo se ha asomado como candidato Pedro Sánchez. Son dos congresos fundamentales para el futuro de ambos partidos, aunque ambos sean analizados de forma diferente por los responsables de los mismos.
Pareciera que al PP, por ejemplo, con haber logrado la mayoría suficiente para alcanzar el gobierno le valdría. Ni plantearse ninguna de las sugerencias que les ha hecho Ciudadanos -por ejemplo que se eligieran los cargos públicos a través de primarias-, ni tampoco relevos necesarios, en estructuras nacionales, regionales y locales.
Además, al no haber nombrado a ninguno de sus vicesecretarios Mariano Rajoy como alto cargo puede incluso alardear de haber hecho los cambios necesarios ya previamente. Pero los votos están ahí. Se le han fugado un buen porcentaje hacía un nuevo partido y probablemente a la abstención. Pareciera que los ciudadanos nos hubiéramos olvidado ya de las elecciones municipales tras haber tenido tres generales, y de los resultados que obtuvieron las principales formaciones, muy por debajo de lo que hasta ese momento habían logrado, habiendo perdido en el caso de Burgos y del PP ayuntamientos muy representativos y gobernando en la capital en la cuerda floja.
Así que no es solo cuestión de nombres, también de programa, para analizar por qué se ha producido esa pérdida en ocasiones a otros partidos y muchas veces a agrupaciones de electores que pareciera que pueden representar mejor los intereses de los vecinos. En la provincia de Burgos ninguno de los principales representantes de los partidos parece haber tenido tiempo para reflexionar, pensando quizá en que todavía queda mucho tiempo para una nueva convocatoria electoral local y regional.
En el aspecto regional, aunque el PP parece más calmado que nunca y la transición de la actual vicepresidenta del ejecutivo se ha realizado con total normalidad, pocos hablan ahora de la sustitución del presidente Herrera, pero el mismo, que es tan previsible como imprevisible en la toma de decisiones, podría aprovechar el congreso regional que vendrá después del nacional de febrero para preparar su delfín para la próxima cita.
La comisión gestora socialista espera curar algunas heridas con el paso del tiempo, pero tendrá que tomar dos decisiones pronto, la primera es el anuncio de primarias, la segunda si ‘castiga’ o no a aquellos que votaron no a Rajoy. En Castilla y León, Tudanca, que surgió de una tercera vía, puede también verse implicado por su apuesta radical por Sánchez. En cualquier caso parece haberse impuesto una ley del silencio, siguiendo la máxima de que la ropa sucia se lava en casa.

Columna publicada en Diario de Burgos el 14 de noviembre

Dos historias de superación

El cine a veces es magia. En otras ocasiones la ficción supera a la realidad o viceversa. Ahora nos encontramos con dos historias de superación. Una, ‘100 metros’, la podemos ver en los cines de Burgos. La otra, ‘La historia de Jan’, todavía no. Esperemos que de las 17 salas en España donde ya se puede contemplar, en el resto del país podamos también conocer a Jan, no solo por su blog, sino a través de la gran pantalla.
¿Y quién es Jan? Jan es un niño con síndrome de Down al que su padre le fue grabando desde que estaba en el vientre de su madre. Entonces no apreciaron la enfermedad. Fue al nacer cuando le diagnosticaron. Desde entonces, su padre, Bernardo, técnico de montaje cinematográfico, ha ido escribiendo con palabras en la web e imágenes de un vídeo casero un pequeño diario. Grabar su vida les ha servido de terapia para derrumbar los prejuicios contra este trastorno genético. La historia de superación no solo la ha vivido el pequeño durante los últimos seis años. También sus padres. Los críticos que han visto ya la película afirman que no solo es recomendable para aquellos que tienen hijos con Down, sino para todos los padres, de lo que implica serlo con todas las consecuencias, y sobre todo contado con optimismo y mucha ternura.

Ramón Arroyo tiene 45 años. Le diagnosticaron hace algunos, una esclerosis múltiple. Y se puso a correr para estar preparando cuando fuera avanzando la enfermedad, pero de esas carreras populares pasó a los maratones y de ahí a completar hace tres años un ironman, lo que supone 3,8 kilómetros en natación, 180 km en bici y 42,195 km corriendo. Su historia se puede ver en la película ‘100 metros’ que hoy también se estrena, y en este caso se proyecta, en Burgos. Quería mostrar al mundo de alguna manera que la evolución de la esclerosis no se da por igual y que hay que luchar. Empezó con las redes sociales, hasta que le propusieron que su historia llegara también al cine. Su mensaje es ‘rendirse no es una opción’ porque muchas veces le surgen los brotes y le cuesta de nuevo recorrer los 100 metros que distan entre su casa y el metro. Pero como el dice, si puedes dar 20 pasos tienes que plantearte dar 21.
La terapia ha ido funcionando y fallando por el camino. Ahora está en un buen momento y quiere hacer la San Silvestre en Madrid estas navidades, pero en cualquier momento su cuerpo se negará e intentará de nuevo llegar a esos 100 metros que dan nombre al título del largometraje.

Jan y Ramón no han estado solos. Sus historias de superación también han sido las de sus familiares al acompañarles a recorrer un camino no fácil, y a veces desalentador, que van cruzando con no poco esfuerzo. Un ejemplo.

Ciudad Europea del Vino

Lo primero, no me gusta el vino. Esto no viene en los genes, porque a mi padre le encantaba y tuvimos ocasión de llevarle buenos ‘riberas’. Pero tengo muy claro que hay que apoyar en la medida de lo posible la candidatura de Aranda de Duero para Ciudad Europeo del Vino 2017, que se decide a finales de esta semana. En la batalla, la capital ribereña cuenta con tres rivales, también fuertes y buenos vinateros, como son Cambados, Vilafranca del Penedés, y la Palma del Condado. Todos han programado ya numerosas actividades y suman buenos aliados. El día 4 veremos quién contará con el apoyo definitivo de esta Red Europea, creada para promover la cultura del vino y el enoturismo en toda Europa. Para ello también surgió este concurso en 2012, de carácter rotatorio, por lo que cada año las ciudades candidatas proceden de un solo país, de los 11 miembros, que se traducen en un total de 800 ciudades de toda Europa.

No me gusta el vino, pero reconozco que soy la excepción que confirma la regla. La inmensa mayoría de mi entorno no solo bebe vino, sino que lo paladea y lo disfruta y algunos hasta destacan los finos olores entre las diferentes viñas, mientras giran varias veces la copa. Los vinos españoles lideraron en 2015 las exportaciones mundiales, al representar un 23 por ciento del mercado global, y aumentaron un 4,4 por ciento su valor respecto al año anterior. Por el otro lado, Estados Unidos se ha consolidado como el mayor consumidor mundial, y ahí llega nuestro vino, y en buenas cantidades. Y lo mejor de todo, el país más poblado del mundo, China, esta reanudando el consumo tras una caída de 2013 y 2014. Y también con ‘riberas’ que alcanzan el mercado asiático, e iniciativas burgalesas, como los Gabrielistas, que quieren establecerse de una forma más continua, y de ahí que en su Escuela nos vayamos encontrando con chinos ya bodegueros de esta tierra.

Todo aquello relacionado con el vino está creciendo de una forma exponencial en muchos lugares del planeta. Además, en países con millones de consumidores. Y España es también líder en viñedos, con un 13,6 por ciento de la superficie mundial.
Junto a la cantidad, la calidad, y aunque en este área la competencia es enorme con buenos caldos en todos los continentes, la posición de Ribera del Duero siempre ha ido a más y consolidándose.

Pero no solo es formar parte de una denominación de origen estrella lo que aportaría Aranda como Ciudad Europea del Vino , también la pujanza del enoturismo en algunas de sus bodegas destacadas es una oportunidad mayor para dar a conocer un territorio también lleno de patrimonio e historia y que aprovechó Las Edades para ponerse a punto.

Sería un buen impulso el título. Así que si aún no ha votado, está a tiempo en la página web de Recevin, la organización que lo asume.

Emprendimiento e innovación

Parece que parte de la industria está ya manejándose en el 4.0 cuando muchos todavía andan perdidos por el 2.0 . Hace unas semanas tuve el placer de contar en el programa Mesa de Redacción de La 8 Burgos con Verónica Pascual, consejera delegada de ASTI, una empresa ubicada en Madrigalejo del Monte y que trabaja para múltiples compañías y sus automatismos han llegado ya a casi 20 países.
Más de 100 ingenieros entre sus empleados y con un afán de crecer más. En un momento de la conversación me pareció que la robotización iba a destruir más que a construir empleo. Pero me insistió y me convenció en que los automatismos ahorran dinero a las empresas, las hace más competitivas y su personal, que cuesta mucho dinero, debería dedicarlos a otros menesteres más propias de personas que de máquinas, como la investigación o el desarrollo.
Días después, el presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, vino a Burgos al presentar un plan de emprendimiento e innovación de más de 600 millones de euros. Quizá lo hizo en el Museo de la Evolución Humana para marcar que ese era el camino del futuro. También vino a mi memoria qué bien hubiera estado en estos momentos haber contado con el Parque Tecnológico, todavía parado como las vías del AVE, para que empresas se aprovecharan de esa aportación pública para instalarse en el mismo, aunque confío que este Parque tendrá que venir con varios panes debajo del brazo, sino para qué.
Subirnos al carro de los nuevos modelos productivos, sin perder la referencia de los permanentes, parece que debe ser el camino.
Otra noticia de la pasada semana fue el informe de Caja España Duero donde con optimismo se veía el eje Burgos-Palencia-Valladolid en la industria clave de nuestra región. Es bueno que en tiempos de crisis las multinacionales -al menos la mayoría- no nos hayan abandonado, pero también es cierto que pocas nuevas sociedades han llegado para instalarse en Burgos y ahí observamos parcelas en Villalonquéjar permanentemente vacías, que pueden seguir así sino aseguramos con certezas el futuro del Consorcio. Es fundamental una paz política y social y un buen acuerdo para su continuidad.
Es necesario un agradecimiento a las empresas multinacionales que no solo se han mantenido en Burgos y su provincia, sino que también han ampliado su espacio y personal. También a las nacionales y a los empresarios locales que pese a cantos de cisne y otros ofrecimientos siguen en su tierra generando empleo local. Pero, insisto, todavía estamos a tiempo para que lleguen nuevas marcas y nuevas industrias si logramos una mayor coordinación entre todas las instituciones.

40 años de Orégano

Uno de los primeros conciertos a los que asistí en Burgos, a los pocos días de mi llegada, era de un grupo folk, que cantaba canciones reivindicativas, que pedía un himno para Castilla, que lamentaba que el tren directo -y han pasado lustros- no funcionaba, y hasta dedicaba una de sus obras al Diario de Burgos, dentro de una crítica simpática.

Me gustó y hasta le dediqué una columna en el periódico: ‘Chucuchucuchu’. Ahora llegan a los 40 años, después de varios parones, y están preparando un concierto conmemorativo, bastante especial, para las Navidades. Precisamente cuatro décadas que celebra también un grupo como Mecano que ha sido un icono para varias generaciones, y cuyas canciones todavía se corean en sus musicales. Curiosa coincidencia.

Llegar a 40 años solo lo hacen los grandes, aunque no haya mantenido a todos sus componentes, porque la voz no siempre es la misma, y las ocupaciones laborales tampoco; pero en este concierto de Orégano algunos de los hijos de los músicos y cantantes tomarán el relevo de los ausentes.

A buen seguro el Principal se llenará de nostalgia, de esa que llena Castilla, pero también volverán a oírse las voces de una tierra que debe seguir reivindicando. Y a alguno se le escapará una lagrimilla escuchando de nuevo Soy de Burgos o Somos castellanos.

Porque es verdad que falta un himno a este territorio del que surgió España y nuestra lengua. A esta Castilla legendaria y heroica. Como el que compuso Antonio José en 1929 que todavía se escucha de vez en cuando. Precisamente Orégano le dedicó uno de sus discos a este insigne poeta burgalés. Un himno puede llevar a aumentar la autoestima, tan necesaria en ocasiones. No tengo más que recordarles como a los asturianos se nos pone la carne de gallina cuando en los premios ahora llamados Princesa de Asturias, centenares de gaitas tocan el Asturias, Patria querida al inicio del acto. Es el momento más emocionante.

Orégano lleva himnos en las letras de sus canciones, algunas tomadas de poetas de estas tierras, otras creadas por ellos. Lleva emoción y traslada sentimiento. Les ha costado, sin duda, volverse a encontrar para tocar. A medida que pasa el tiempo, la tranquilidad se convierte en miedo escénico. Lo ha confesado el propio Springsteen en su último libro, el que llena estadios, también se siente inseguro.

De ahi mi aplauso a los 7 que iniciaron Orégano, a los cinco que estarán en el escenario del Principal el 30 de diciembre junto a sus hijos y algún familiar más, a los que se suman de fuera, a los que bailarán en el patio de butacas o en los palcos, a los que pedirán bises para escuchar algunas de sus canciones que perviven en la memoria histórica de Burgos. Gracias por no hacernos olvidar que esta tierra merece más de lo que tiene, pero que ello depende de los propios ciudadanos que la habitan, para que no nos roben ni el origen de la lengua.

Publicado en Diario de Burgos el 17 de octubre

Presión asistencial

Hace unos años un médico que ejercía en Palencia, en un centro de salud, me describió lo que era la presión asistencial, aunque no hacia falta. Solo verle la cara a primera hora de la tarde, tras recibir entre 50 y 60 pacientes diarios, era evidente. Otro médico de atención primaria, también hace algún tiempo, me estuvo describiendo la campaña de los 10 minutos entre paciente y paciente; porque en cinco minutos, ni se valora, ni se diagnostica, ni se dignifica casi al enfermo, y en aquel momento en ese corto espacio tampoco había posibilidad de escribir las recetas. Hubo una campaña entre los facultativos y la población, pero no se consiguió el objetivo de ese aumento de tiempo.
Han cambiado algunas cosas, como por ejemplo la libre elección de médico -hasta un tope- o la receta electrónica que ha hecho a los doctores limitar estas funciones y dedicarse más a los enfermos, aunque siguen acaparando tareas administrativas, y ello si no se cuelga un programa informático, un tal ‘medora’ que de vez en cuando hace de las suya.
Pero siguen siendo 5 los escasos minutos que la administración ‘casi obliga’ a los médicos para estar con sus pacientes. Y resulta que la mayoría de ellos no solo dedican 5, sino 10 ó 15, con el consiguiente retraso para los que esperan y sobre todo el número de horas de trabajo en aumento para aquellos que vigilan nuestra salud. Ocurre que el que espera como sabe que cuando le toque a el le van a dedicar la misma atención que los anteriores se abstiene de protestar.
Resulta que uno de los datos que ofrece el recién creado portal de transparencia del Sacyl es la presión asistencial de los médicos, y la media en las zonas urbanas está en 41,85 pacientes con lo que algunos estarán por arriba y otros por abajo. En el medio rural baja a 24,33 pero aquí habría que sumar el tiempo de desplazamientos.
42 pacientes al día me parece una cifra nada desdeñable. Es más, me parece exagerada. Es cierto que la media en que frecuentamos el médico de familia en la capital es casi 7 veces al año. Conozco muchas personas que apenas van, así que otros doblarán con creces esos datos. No he mirado a ver si podía acceder a la media de edad, pero suele ser alta. Ya se sabe que a partir de los cincuenta años si no duele nada cuando uno se levanta es que está muerto.
El médico de familia en cuanto recibe la lista de pacientes que tiene esa mañana o esa tarde tiene que pensar lo primero que debe poner buena cara al menos a cuatro decenas de personas, que no vendrán precisamente ellos con la mejor disposición del mundo porque algo les dolerá. Luego intentar averiguar el origen de su mal para no derivarlo al especialista, y en último caso adaptarlo a la receta electrónica. Y todo ello está pasando también con las enfermeras encargadas de otras tantas labores sanitarias. Tenemos en España una buena sanidad, entre las mejores de Europa, pero a costa de qué.

El reto de la Universidad

Esta semana he tenido ocasión de acudir a una jornada sobre innovación y talento como claves para el éxito. Y en ellas participaba el director de la firma Accenture, Juan Pedro Moreno, una multinacional que en España emplea a más de 10.000 personas en diversos ámbitos del trabajo. Una de las manifestaciones que nos dejó y que marcó como relevante este periódico fue que «el reto de la universidad es formar en el empleo» además de insistir en la formación en profesiones que serán necesarias en el futuro y que están dejando de serlo ahora.
Total, que nos cargamos de un plumazo todas las humanidades, las filologías…. Puede que no haya sido ese tampoco su objetivo, pero si el de reflexionar sobre las enseñanzas en los centros universitarios. Una consideración que a buen seguro se preguntan permanentemente los gestores educativos.
También habría que preguntar a los posibles empleadores qué tipo de trabajador prefieren. Lógicamente, son necesarios unos conocimientos. Pero recientemente un profesor de la Universidad de Burgos me refería que quizá tuvieran más salidas los estudiantes con conocimientos de inglés y alemán, que los específicos de cada uno de los grados. Qué busca un empresario. Probablemente jóvenes con iniciativa y que no se frenen ante cualquier contratiempo. Con capacidad de trabajo, pero también de hacerlo en equipo. Rebeldes, que digan las cosas que no ven bien, y no sumisos. ¿Da lo mismo un aprobado que un sobresaliente para contratarle si cuentan con las condiciones anteriores? Quién se fija ahora mismo en las notas de la carrera. Tengo mis dudas a que influya mucho. De ahí también la importancia de que en las prácticas se puedan saber realmente los conocimientos de las personas, su capacidad de adaptación y de aprender. Pero más que eso también sus capacidades.
¿Quieren los posibles contratantes gente de la que se puedan fiar más que otras cualidades? Estudiantes honrados y que admitan sus errores, sepan escuchar y se dejen enseñar no serían buenos candidatos para un puesto directivo o para ejercitarse, insisto, con ese bagaje previo necesario.
Sí, hay que conocer lo que es un balance, y saber manejar programas, pero eso ¿no se aprende también a posteriori?
No eliminaría en numerosos puestos de trabajo a personas concretas porque no tienen el Máster más guay, si tienen iniciativa, si saben relacionarse, si crean un buen ambiente en su trabajo, si sonríen, y si conocen también la importancia del tiempo libre.
Sí, Harvard, Yale, MIT, Oxford…. estarán siempre valoradas entre las mejores universidades del mundo, porque son las que más dinero cuentan, donde existe más investigación y un nivel de exigencia más alto. Si tienen los mejores alumnos, lógico que sean los mejores centros.
Pero sigo dándole vueltas a qué carreras van a llevarnos a un mundo mejor.

Maldita memoria

Lo he vuelto a ver y me ha producido la misma sensación que otras muchas veces. Un nudo en el estómago difícil de quitar. Es como cuando llegas a casa y tu madre te pregunta: cuándo nos vamos a ir de este hotel hijo? Y le enseñas las fotos de los nietos que con tanto cariño ha ido colgando frente a la cama. Y le sonríes, y le das un beso en la frente y la llamas hermosa.
No sé qué pasa por la mente de un enfermo de alzheimer. Con cambios de carácter, con sonrisas y tristezas. Convivo muy cerca con una persona que sufre Hungtington. No se expresa ya. Aparentemente. Porque sonríe o se calla durante largas horas sin un motivo claro. Disfruta con la comida y con el café. Pero no sé dónde está. Cómo es su mundo. Si vive feliz. Si es ajeno a lo que hacen los demás pese a su mirada fija.
No son solo enfermedades de la memoria, pero sin ella comienza manifestándose. Comenzamos a acordarnos de lo más lejano y a olvidar lo que cenamos ayer, aunque fuera una pieza de fruta sencilla de recordar. Vemos como la memoria lejana es más cercana, y la cercana lejana.
Y son enfermedades que en vez de retroceder avanzan, porque vivimos más, porque queremos vivir mejor. Dónde cada vez se dedican más recursos médicos para intentar minimizar aunque fuera un poquito sus efectos. Donde grandes compañías multinacionales farmacéuticas están dedicando miles de millones de dólares para intentar conseguir un medicamento que retrase poco a poco su implantación y lógicamente ganar dinero.
Porque todos poco a poco nos vamos encontrando ya en nuestro entorno pacientes de alzheimer, más o menos avanzado, y sabemos del esfuerzo de sus familiares más cercanos y de una dependencia que no siempre llega, al margen de lo que muestren las estadísticas.
Son esos cuidadores, la mayoría familiares, que en ocasiones han dejado de tener sus ocupaciones habituales, o se han trasladado de ciudad sobre los que recae fundamentalmente el esfuerzo y el apoyo impagado de las asociaciones de voluntarios frente a esta u otras enfermedades similares.
Y se multiplican los actos, y los esfuerzos de personas para recordar que este mal está ahí, a la vuelta de la esquina, aunque cada vez sea menos necesario porque nos va tocando poco a poco a todos. Recuerdo a un antiguo compañero y amigo que dejó el trabajo y viajó andando desde Santiago a Jerusalén .-no llegó a pie hasta el final precisamente por un problema de salud- para recordar a todos la situación de enfermos y cuidadores, y cada día se multiplican las acciones, también en Burgos, ciudad solidaria donde los haya.
Acabamos de vivir la Semana del Alzheimer, reivindicativa para algunos desmemoriados de la administración, agradecida para todos aquellos que acompañan a sus seres queridos, y luchadora para muchos de los voluntarios. Gracias.

Soledades

Más de cuatro millones y medio de personas viven solas en España, vamos con su mismidad. En muchos ha sido opcional, pero probablemente en los dos millones de personas mayores de 65 años la gran mayoría han perdido a su otra parte, con una pensión muy justita e intentando vivir al día en tiempos de dificultad, e incluso sacrificándose por sus nietos y dejando de gastar en lo que ellos consideran prescindible y nuestra generación necesario.

Nos ocurre cada vez que nos tenemos que trasladar de vivienda. En la mayoría de los casos son pocas veces en la vida, pero a veces precisamente la vida te da esas oportunidades de hacerlo y puedes por cambios laborales o familiares, y te das cuenta que cada vez van aumentando más las maletas y los paquetes, y hasta almacenamos aquellas camisas por si algún día adelgazamos, lo que engordamos en los últimos años. Y libros, cantidad de libros de los que muchos no has abierto, pero que siguen acompañándote de un día tras otro. Muchas cosas prescindibles, mientras que las necesarias no pesan, no ocupan lugar, no necesitan espacio, al menos material.

Algunos de los que puedan estar leyendo estas líneas lo experimentan en muchas ocasiones. Lo imprescindible para nuestros mayores, para nuestros seres queridos, bien es cierto que además de la salud, de una buena alimentación, y de compañía, lo que necesitan es cariño. Es decir a tu madre ‘hermosa’, darle un beso en la frente y sacarla de paseo, ya sea andando o en silla de ruedas, y probablemente será la mujer más feliz del mundo. Y si ya en el camino aparecen los nietos, vivirá otra vida.

Pero hay otra mucha gente sola, que no tiene ni hijos, ni nietos a los que mirar. Porque a la gente mayor le gusta mirar, contemplar, sin decir nada, en silencio. Un silencio que no todos sabemos apreciar, un lugar donde se toman muchas decisiones, se reflexiona y todavía se mira para el futuro, quizá incluso hasta la eternidad.

En Burgos hay un grupo de asociaciones y entidades que procuran acompañar a vecinos que están solos y que si no fuera por ellos no podrían salir de casa o hacer la compra, o ir al médico. Eso imprescindible que necesitamos todos. Burgos es una provincia, una capital, que ha contado con numeroso voluntariado, sobre todo entre la gente joven, pero últimamente también entre prejubilados y mayores. No podemos perder ese carácter. Pero, maldita soledad, hay que lograr, hay que alcanzar, un sueño casi imposible, y es que ningún ciudadano que viva en nuestra tierra se sienta solo, que todos tengan algún número teléfono al que llamar, alguna persona con quien conversar, alguien con quien reír y llorar aunque sea unas horas a la semana, o con quien rezar una oración o ver una película. O pasear junto al Arlanzón entre el paisaje otoñal.

Hoy el tema de esta ‘Página Par’ me lo ha sugerido un profesor de instituto, de bachillerato, con sentido común y que lleva sufriendo en la educación los cambios de legislatura durante muchos años. Un educador que se ha visto sorprendido al leer las declaraciones del consejero de Educación de la Junta de Castilla y León -al que personalmente aprecio y creo que es un buen profesional para este campo- que por no disgustar a unos, lo ha logrado con otros.
Asegura el consejero que pese a que la ley actual, la LOMCE, habla de reválidas en secundaria y bachillerato, los exámenes, que se supone que se van a realizar a finales de este curso que se inicia hoy, no van a servir para nada.
Así que una vez suprimida la Selectividad y con unas pruebas que no van a influir al final del ‘bach’ tendremos una generación que llegará a la Universidad sin ningún examen válido. Este profesor anda preocupado en cómo incentivar a sus alumnos, en cómo intentar mejorar la calidad de la educación, en cómo lleguen a los centros universitarios aquellos que quieren y deben. Y ahora se encuentra frustrado.
Pero ya nos hemos olvidado del mérito y la capacidad de la que tanto hablaba Wert, si en las primeras reválidas ya se echan para atras los representantes autonómicos del mismo partido, qué pasará con el resto, y todo por evitar confrontaciones verbales, cuando no les falta razón, porque aunque haya sido la LOMCE una ley sin consenso, bien es cierto que ha buscado reducir el fracaso escolar y buscar alternativas para mejorar la calidad de enseñanza. Aparte de garantizar la libertad de educación, algo en lo que no todos los partidos parecen estar de acuerdo, o al menos la interpretan de manera diferente.
No lo tienen fácil los maestros y profesores, y menos en las últimas décadas donde han perdido autoridad en beneficio de algunos alumnos que en muchos casos apelan a sus padres cuando son exigidos, y odian todo aquello que sea responsabilildad. Y de unos padres que defienden a sus hijos aunque la razón no la lleven. Efectivamente, hay muchas excepciones, y hay chavales ejemplares, pero ello no exime de la preocupación existente entre los docentes para encontrar un buen ambiente, especialmente en algunas edades, entre sus alumnos.
En todos los pactos de los que se ha hablado este último año después de las dos elecciones figuraba la palabra consenso para hablar de educación. Ninguno ha salido, porque por delante estaba no el beneficio de la sociedad, sino el partidista. Y por lo tanto tampoco ha habido una mesa donde todos los representantes de las formaciones políticas junto con expertos hablen, con tranquilidad, sobre el presente y el futuro de nuestros hijos, un tema que debería ser prioritario y que es de los más olvidados.