Todas las entradas de: Antonio José Mencía

Edades

Ya hay fecha, el 6 de mayo, y conocemos que será la infanta Elena la encargada de inaugurar la nueva muestra de Las Edades del Hombre que en esta edición acogerá Aranda de Duero, que ya se encuentra desde hace meses preparando sus mejores galas, esperando las decenas de miles de visitantes que se prevén para este año.

Y no les falta razón, si la promoción se mantiene como en años anteriores, con el respaldo de una marca respetada y conocida, y teniendo en cuenta la situación privilegiada de la capital ribereña, en una de las vías principales españolas y a poco más de una hora y media de Madrid, no es de extrañar, como quedaba de manifiesto en un reciente reportaje publicado por este periódico, que los comerciantes y restauradores arandinos estén descontando las horas y aguardando como agua de mayo está cita.

De nuevo, las diócesis de Castilla y León, pese a que las ediciones realizadas ya son muchas, se han volcado en la elección de esas piezas históricas que se ubicarán principalmente en la iglesia de Santa María y que sorprenderán una vez más al público no solo por la calidad de las mismas, sino por el ambiente que se crea en dada una de estas exposiciones. Además, es previsible que no sólo el patrimonio, sino la enología se muestre en todo su esplendor en un lugar que alberga algunas de las mejores bodegas españolas. Una oportunidad para unir el enoturismo con la historia.

Parece por otra parte que ha llegado a tiempo la nueva página web de turismo de Burgos de la Diputación Provincial que debería ya pensar en actualizar sus contenidos sobre Las Edades pues se van conociendo muchos de sus aspectos. Toda la maquinaria debería ponerse ya a funcionar a tope para intentar que además de que sean muchos los visitantes, no lo sean sólo por un día y se acerquen a cualquiera de los rincones de la provincia y capital dignos de verse, que son muchos, ligados al patrimonio, a la historia, a la gastronomía, al paisaje o al medio ambiente.

Las Edades llegan ya a una de sus últimas muestras con el conocimiento del deber cumplido, desde el punto de vista cultural y espiritual, que era su principal objetivo. La Junta apostó y acertó con estas exhibiciones que han visitado varios millones de personas. No será nada fácil encontrar alternativas para esta cita anual en el calendario, pero de momento que esta sea lo suficiente beneficiosa para todos aquellos que acudan, porque ampliarán su conocimiento, y para todo el entorno desde el punto de vista económico.

Dos meses para las europeas

Restan apenas dos meses para la próxima convocatoria electoral que nos toca vivir, una cita, la de las europeas, que habitualmente ha contado con numerosa abstención pero quién sabe si la conversión en primarias que le están dando los principales partidos políticos, para evitar una fuga de votos, pueda lograr que un mayor número de ciudadanos se acerque a las urnas, sin comprender todavía para qué sirve el parlamento europeo, y si está por encima o por debajo de un consejo que pronto dejará Almunia para que sea sustituido en otra cartera previsiblemente por un nombre popular.

De momento, todavía no todos los partidos o coaliciones han hecho públicas sus listas, de los que ya están en la Eurocámara, el PSOE estará liderado por su número 2 Elena Valenciano, y UPyD mantiene a su eurodiputado, Sosa Wagner. El PP aguanta aunque ya sabemos que Mayor no repite cabeza, de IU-Los Verdes se desconoce, al igual que los de la coalición nacionalista, y la coalición de independentistas, como en estos casos son escasos los puestos de salida, hay que discutir mucho para el número 1 y los dos siguientes. Una alternativa de izquierdas, Podemos, realizaba este fin de semana sus primarias. Y otra de derechas, Vox, ya ha elegido a Vidal Quadras, ex parlamentario popular, como cabeza de una lista en la que presumiblemente estará de modo testimonial Ortega Lara.

Habrá más coaliciones previsiblemente, pero fuera de estas siete formaciones no hay oportunidades, son necesarios decenas de miles de votos y eso significa dinero o contar con un líder ya relevante, y las que asoman ni lo uno, ni lo otro. Sólo Podemos, con un mediático Pablo Herreros y probablemente el ex fiscal anticorrupción Jiménez Villarejo, y Vox, podrían arañar algo en izquierda y derechas,  aquellos con el voto de los más indignados que se alejen de IU, y estos con los de los más españoles que ninguno.

Lo que si es seguro en la misma noche electoral es que medios de comunicación y responsables de partidos nos olvidaremos exactamente de lo que van a hacer los flamantes parlamentarios en la Eurocámara y comencemos a sumar, restar, multiplicar y dividir para intentar comprobar que pasaría unos cuantos meses después en unas elecciones generales y bastante antes en unas municipales y autonómicas. Vamos, si el PP con Lacalle en Burgos ganaría por mayoría absoluta o el PSOE recortaría distancias y Vox con Ortega Lara asomaría la cabeza. Así somos.

 

Sin miedo a la muerte

La primera vez que estuve con Juan Pablo II fue en Madrid, en el año del mundial, el de la victoria de Felipe González y el del primer viaje a España de un Papa que cambió la historia y que será canonizado junto a Juan XXIII este próximo mes de abril en Roma. Aquel encuentro lo compartí con miles de jóvenes, primero en la Complutense en un discurso al que puede acceder por mi condición de estudiante de periodismo y luego en el Santiago Bernabéu.

Habíamos partido de Pamplona, del Colegio Mayor Belagua, casi todos los residentes en un bus que luego nos llevó siguiendo los pasos del futuro santo por Ávila y por supuesto el castillo de Javier. Por temas profesionales volví a encontrarme con Juan Pablo II en años sucesivos en Roma, Zaragoza y Santiago de Compostela. Pero aquel año de 1982 era histórico y así lo pensábamos todos los  que compartíamos el bus, tanto que nos acompañaba una inmensa pancarta, robada a muchas horas de sueño,  con el lema ‘Sin miedo a la vida, sin miedo a la muerte’ unas de las primeras palabras del Papa al ser elegido hacía cuatro ańos.
Para mi era también el ecuador de la carrera en una universidad donde su gran canciller entonces, Álvaro del Portillo, pretendía que sus alumnos comprendieran que para ser buenos cristianos no había que apartarse del mundo, sino ser buenos profesionales con todo lo que lleva consigo. Es lo mismo que escuchó durante más de 30 años al Fundador del Opus Dei y con el que compartió muchos momentos en Burgos durante la guerra civil.
También el sucesor de San Josemaria será este año beatificado, en su centenario, en Madrid, su lugar de nacimiento. Aquí en La capital burgalesa  vivió su madre con sus hijos más pequeños tras quedar viuda en la capital, y se hospedó en casa de su hermana en la plaza de Santa María. No eran tiempos fáciles los de la guerra.
Y si hay algo que he podido comprobar a primera vista del conocimiento que puedo tener de ambos y que une al Papa polaco y a Álvaro del Portillo es sin duda su fidelidad y lealtad a la Iglesia. Su coherencia y su cercanía. Su comprensión y su buen humor. Y eran hombres de Dios, seguro que con sus errores pero ‘sin miedo a la muerte’ una consecuencia que para un creyente es decisoria porque supone tener  la conciencia tranquila y creer en un Dios que perdona, pero que sobre todo es padre.

 

Youtubers

Eran una pandilla de entre 20 y 30 adolescentes, no mayores de 14-16 ańos que esperaban pacientemente en la puerta del Fórum Evolución, algunos con sus skates, el jueves por la tarde a dos de sus ídolos, dos jóvenes veinteańeros calificados como youtubers, que cuentan con más de un millón de seguidores cada uno de ellos en esta red, que son españoles, que no cantan, ni juegan al fútbol sino aparentemente hacen una cosa que pudiera ser simple todos los días: subir a You Tube varios vídeos que por su enorme número de usuarios les permite cada mes por las visitas que genera  ganarse la vida dignamente.

Un poco después esa misma tarde  Melanie Parejo, manager de alianzas estratégicas de You Tube, comentaba en el Magazine de La 8 televisión que cada minuto se publican más de 100 horas en esta red social, perteneciente a Google, y cuyo 80 por ciento procede de fuera de EEUU siendo su origen precisamente norteamericano. Los vídeos en las redes fueron analizados en una mesa redonda en el Congreso #iRedes por estos tres protagonistas y forman parte de un fenómeno que aunque algunas generaciones estemos ajenos a el, no debemos dejar de pasar sobre todo si uno de nuestros objetivos es comunicar y más teniendo en cuenta que los jóvenes dedican a ello muchas horas de su tiempo libre.

Si parece que todos estamos de acuerdo que internet ha transformado el mundo y somos conscientes de que debemos estar en el, aunque no tengamos claro el modelo de negocio, pese a que algunas empresas  como Amazon e iTunes lo hayan descubierto con tiempo de adelanto, no dejan de sorprendernos tipos como estos dos youtubers de 18 y 20 años, Alex e Isma, y como ellos unos cuantos que se manejan con habilidad en una red que  da la sensación que ha compartido nuestra vida , nació en 2005 y el año siguiente fue adquirida por Google por una cantidad 10 veces menor por la que Facebook compró Whatsapp, 1.400 millones de euros.

Estamos en una sociedad que avanza de forma exponencial en cada aportación a la red, que la tecnología apunta siempre por delante de la economía y la rentabilidad de los negocios, que cuenta con más creadores que gerentes, y donde ya los más jóvenes han comprendido que este sí es su mundo.

La mesa

La foto la publicaba Diario de Burgos el domingo, con motivo de una columna de opinión de Rafael Monje, aunque había sido hecha el pasado lunes durante la reunión del Comité Ejecutivo Regional del Partido Popular en Valladolid. En la fotografía una mesa ocupada por cinco personas -ya saben que las mesas protocolarias deben ser impares, para que el personaje relevante ocupe el centro, y por cierto, en esta vida ya me he encontrado con demasiadas mesas impares, con meras comparsas en los laterales- , en el centro el presidente de la Junta y del PP regional, Juan Vicente Herrera, a su vera, Alicia García, Alfonso Fernández Mañueco, Rosa Valdeón y María Josefa García Cirac; dos alcaldes, una consejera y la presidenta de las Cortes.
Aquí no había comparsas y entre esos cuatro elegidos no había  figurantes, predominaban las mujeres y probablemente pudiera ser que uno de ellos ocupara la candidatura de la formación de centro derecha para la presidencia de la Junta, puesto precisamente ocupado por la persona que escoltaban. El alcalde Mañueco  y la alcaldesa Valdeón  ya han tenido puestos de relevancia en la administración regional y ahora están demostrando en el día a día, en el cara a cara, en uno de los puestos políticos más difíciles que existe en la actualidad, que tienen capacidad y liderazgo. La tercera, García, es la consejera de Cultura y Turismo, un puesto agradecido si cuentas con equipos relevantes, también ha estado en la experiencia local y su ascenso en el PP castellano y leonés es fulgurante, procede además de Ávila, el lugar donde su partido consigue los mejores réditos, y de donde todavía no ha habido un líder regional con el precedente de Adolfo Suárez. Finalmente, la presidenta de las Cortes, Cirac, también con carrera en la política local y profesora de derecho administrativo, ha tenido otro ascenso rápido. Herrera está preparando un partido para el futuro, aparcando a políticos ya gastados y buscando perfiles nuevos, no quemados, que puedan mantener los grandes resultados obtenidos en las últimas convocatorias electorales bajo su presidencia.
No tienen los populares el camino fácil, ni en Castilla y León donde por haber escuchado repetidamente que son el granero de votos, algunos se lo han acabado creyendo. Pero los estados de opinión ya no sólo los genera una tele, sino unas cuantas, las radios han crecido, los periódicos líderes se mantienen y se multiplican las fuentes de información y opinión  a un click, además de la presencia de una nueva especie, el tertuliano, y una diferente sensibilidad de los ciudadanos que cada ve van asimilando más la importancia que tienen sus votos; y probablemente lo veamos en las europeas con un castigo a los partidos mayoritarios.
El PP, también el PSOE, deberá dirimir tras ese encuentro electoral sus puestos de salida en Castilla y León para la Junta y los Ayuntamientos. Herrera deja, si no repite, una forma de hacer y un estilo en el que deberían fijarse algunos. Personalmente creo que ahora ya es el momento para los populares de una renovación sino total sí significativa, pues se juegan mucho, y se lo juegan los ciudadanos.

 

 

Vuelos burgaleses

Se fue Good fly. Ha llegado Burgos Travel. Y Aeronova, y 10.000 personas que podrán viajar a las Islas Baleares, al Mediterráneo y a Eurodisney desde nuestro flamante aeropuerto. Con precios competitivos y subvencionados por el Ayuntamiento de Burgos. Si sumas y divides, la ayuda municipal se puede limitar a 15 euros por plaza. ¿Mucho o poco? Pues depende del color con que se mire. ¿Por qué ayudar a estas agencias de viajes y no a otros negocios? Eso se podían preguntar algunos, y el que suscribe.

Desde que el aeródromo de Villafría se abrió a los vuelos comerciales muchas han sido las preguntas sobre su utilización, y si podía corresponder la misma al gasto de mantenimiento. Me parecería provechoso si sus vuelos generaran un intercambio comercial, si ello facilitara que las multinacionales ubicadas en Burgos y su provincia tuvieran una mejor comunicación directa o con transbordos rápidos en los países de origen de sus empresas; si facilitara aterrizar aviones con fines sanitarios; si generara vuelos chárter con procedencia de otros países o de turistas españoles de otros lugares. No sé si esto se ha intentado, o a pesar del propósito no se ha logrado, más no creo conveniente ni necesario que esos 150.000 euros de las arcas municipales, no precisamente boyantes, que son de todos vayan destinados a unos viajes vacacionales. Es un negocio privado, que debe buscar rentabilidad propia, salvo que se considere un servicio público. Algo parece que ajeno a la realidad actual, salvo que los médicos de atención primaria comiencen a recetar un buen descanso junto a playas sin oleaje.

El debate de los aeropuertos, de su utilidad, o más bien de su necesidad, ha estado cada vez más presente en la España actual, sobre todo por la mala imagen creada por la gestión de algunos de ellos para la gloria de unos pocos como son los casos de Ciudad Real o Alicante. También aeropuertos más pequeños con escaso uso, y no precisamente el de Burgos, conllevan una crítica inmediata. En Castilla y León el debate es permanente sobre si son muchos o pocos los cuatro existentes. Pues depende, que diría un gallego, si con el de Burgos ampliado al reconocimiento internacional dentro de unos meses, se consigue con una buena campaña de promoción que igual que se van 10.000 vecinos de este territorio al sol y la playa, se alcanzan otros 10.000 turistas de retorno a pasar también varias jornadas en busca de la gastronomía, el patrimonio o la historia, de la que tanto nos sentimos orgullosos. Viajes de ida y de vuelta, y a estos si son de gentes de otros lugares, sí que no me importaría que les dedicaran esa subvención, al fin y al cabo serán personas que dejarán sus euros en Burgos y su provincia.

¿Cuánto cuesta una vida?

 

Cuánto vale la vida de un subsahariano en Occidente. Cuánto la de un inmigrante en Suiza. Y cuánto la de un niño enfermo en Bélgica. Y cuánto actualmente en España si se le detecta en su fase embrionaria síndrome de Down. No es este un mundo para niños, ni para inmigrantes, y menos procedentes de África. ¿Es esta la sociedad que estamos creando la que queremos?

Lo de Bélgica de autorizar la eutanasia a menores por mucho que se ejecute para supuestos muy concretos no deja de ser un paso más en los Países Bajos a esta cultura de muerte que parece imperar en un territorio donde los casos de pedofilia no dejan de sorprendernos. Similar a la atención que hemos dejado de prestar a los inmigrantes que proceden del África subsahariana, a los que recibimos con pelotas de goma en vez de compasión y ayudas, y donde sobre todos parece que se tratan de negar unos hechos con numerosos testigos. Suiza, que no ha conocido las guerras mundiales porque siempre ha mirado al otro lado, levanta ahora también su propio muro, estableciendo la cuota para extranjeros, nada menos que de los países de la Unión Europea, del propio Occidente. El país al que tenemos que agradecer la gran acogida que realizó de españoles, sobre todo de castellanos a los años sesenta, que se establecieron allí con familia y trabajo, ahora aprueba la insolidaridad. Pero no debemos rasgarnos las vestiduras. Por mucho que se multipliquen las ONG, los maratones de televisión o los kilos donados a los Bancos de Alimentos, somos muchas veces ajenos a los más débiles.

Es probable que no nos movamos en las mismas coordenadas al señalar los africanos que se mueren de hambre en la búsqueda de futuro fuera de sus fronteras, los inmigrantes europeos a los que les gustaría trabajar en el país helvético, los niños eutanasiados con enfermedades incurables -como los centenares que cada Navidad reciben en los hospitales españoles en la planta de cáncer infantil la visita de sus ídolos futbolísticos como regalo de Reyes-, ni los pequeñajos con Down en el vientre de sus madres, cuando una vez nacidos, tras pasar la fase de sorpresa y quizá resignación de sus familiares más cercanos conocemos por experiencia que son los hijos más queridos, y quizá los que más alegrías dan. Pero cada uno de ellos es una vida truncada por una sociedad que huye del dolor, que se sumerge en el individualismo y que padece de la enfermedad del desamor. Y todo ello en medio de una crisis económica en España que sume a más de un millón de familias con todos sus miembros en paro en el pozo de la desgracia. He oído tanto hablar de lo que diferencia a nuestra especie del resto, de su capacidad de sorprenderse, de soñar, de compartir, de creer, que aún duele más que la estemos echando a perder.

Por dónde empezamos … o acabamos

Entiendo que la obra pública es necesaria. Crea empleo, aporta mejoras a la ciudad, la hace competitiva con otras del entorno a la hora de atraer visitantes, y sobre todo genera expectativas. Con la paralización de lo que iba a ser el aparcamiento de la calle Vitoria y el cuestionamiento del futuro pabellón Arena como espacio multiusos, dos de las obras más emblemáticas del final de legislatura del Partido Popular, parece que al menos estas dos hasta las próximas elecciones van a desaparecer de los papeles. Evidentemente, hay temas básicos que la sociedad demanda, como son la educación y la sanidad pública sobre la que se basa el estado de bienestar pero en este campo poco se puede aportar desde los municipios.

¿Se han quedado obsoletos los programas electorales o cabe repescar algunas de sus propuestas? En el socialista quedaba clara la construcción de ese pabellón polivalente multiusos, le dedicaban su espacio. Aparecen también puentes sobre el río Arlanzón en diversos lugares de la capital lejanos del centro como es el caso de la Milanera. O ¿qué hacemos con el antiguo Hospital General Yagüe? Nos gastamos -los contribuyentes lo pagamos- unos cuantos millones de euros en una dotación sociocultural como también proponía el PSOE o la crisis ha puesto un tope en el capítulo de inversión presupuestaria.

¿Y las áreas de rehabilitación integral tan solicitadas por los vecinos? Menos mal que los de San Cristóbal de momento siguen adelante pese a la lentitud administrativa. Regreso a la idea de la pasada semana, si el concejal de este barrio hubiera sido elegido por los vecinos y no en una lista cerrada probablemente ya estaría arreglado. Por otra parte, ¿compramos autobuses o los seguimos utilizando el renting?

Y cuántos aparcamientos deberían hacerse en los barrios. Menos mal que a algunos ex alcaldes les entró esta fiebre, sino no tendríamos el de la Plaza Mayor -¿se hubiera hecho ahora? – o el de la Plaza de Vega, o el de Virgen del Manzano, que también contó con oposición vecinal. Pero era un hecho que beneficiaba a la ciudad. Los programas de todos los partidos están llenos de lugares donde serían necesarios, y quién le pone el cascabel al gato.

¿Completamos ya el carril bici y cerramos definitivamente el cinturón verde? Como en la estación la aportación es europea, más eficacia para nuestros ediles y empezarla ya. ¿Y el Monasterio de San Juan? ¿qué opina la oposición? ¿Y con los mercados que con la nueva ley ya dejan de ser competencia municipal? Cumplimos la norma y los abandonamos, o potenciamos el de la Plaza de España para mantener puestos de trabajo y generar negocio.

Saben, acabo de tirar los programas electorales que conservaba a la basura, todavía están en internet por si algún día me viene la tentación de comprobar la incongruencia y la incompetencia. Parece que toca ser más posibilista que pragmático, pero ello no implica una ciudad paralizada ni tampoco dejar de gobernar, con mano izquierda, pero con el poder que te legitiman las urnas en un estado democrático. Ni somos un estado asambleario -al menos de momento no lo hemos elegido- ni dictatorial.

Un nuevo modo de hacer política

En estos últimos años muchas cosas han cambiado en la sociedad española. Algunas van evolucionando de forma significativa, como el hecho de que los ciudadanos, cada vez más, nos consideramos con derecho a controlar la gestión del dinero público, ya que lo aportamos con nuestros impuestos y desgraciadamente el abuso de ese uso ha sido lamentable.

La crisis ha visualizado que los votantes cuentan con derechos y deberes, lo primero es evidente y probablemente en lo segundo también se deba hacer un ejercicio de autocrítica. Los políticos -y el mensaje está llegando además a los funcionarios- están escuchando voces sosegadas o airadas sobre el servicio público por el que fueron elegidos. Estos, de uno y otro signo, sin embargo, parecen no haber escuchado el mensaje y creen que solo se cuenta con el derecho a votarlos cada cuatro años.
Los partidos españoles están perdiendo esa gran oportunidad de hacer un nuevo modelo de política, las grandes formaciones parece que tienen guardada en el último de sus cajones una demanda popular casi permanente como es la petición de listas abiertas o la de mayor participación ciudadana.

Vayamos al ejemplo de Burgos. Si nuestros concejales hubieran sido elegidos por distritos o áreas -trasladando parcialmente el modelo inglés de la Cámara de los Comunes-, el edil responsable del barrio de Gamonal, antes del ‘estallido’ social, hubiera escuchado todas las voces y se habría preocupado de dar a conocer al alcalde la situación y las opiniones de los vecinos de su entorno y probablemente no se hubiera llegado a la lamentable situación final.

Votamos listas cerradas cuando deberíamos elegir ciudadanos con nombres y apellidos, los mejores en cada caso, pero esta posibilidad parece vetada por los grandes partidos políticos, y en esas listas se mezclan personas trabajadoras y resueltas con otros ciertamente menos válidos. Si cada uno de ellos tuviera que defender su puesto a pecho descubierto ante un grupo de ciudadanos, sus votantes, no estaría ni la mitad de los ediles que ahora ocupan los escaños del pleno municipal. Y en este sentido también quizá fuera deseable la elección directa del alcalde.

Lo mismo ocurre con los grandes temas de debate. Todos conocemos el gusto que tienen los norteamericanos a acudir a las urnas por decidir en temas controvertidos o en otros más inocuos. También en algunos países europeos cuentan con esa opción, quizá hasta exagerada como es el caso suizo.

Es cierto que al generalizar dañamos las excepciones y se comenten errores. En Castilla y León, el presidente de la Junta, el burgalés Juan Vicente Herrera, no para de lanzar mensajes, el último en la convención popular, sobre una nueva forma de hacer política: más participativa -lo ha demostrado con las firmas continuadas y necesarias con los agentes sociales- y cercana a las realidades concretas de los ciudadanos. Pero él también se ha encontrado con las viejas luchas entre el peso de los aparatos y, por ejemplo, en la designación de consejeros suele contar más la fuerza de cada provincia que el nombre del elegido. Es cierto que algunas relativamente nuevas formaciones políticas apelan a un nuevo estilo, pero mientras no gobiernen y no lo apliquen, están intentando ganar peces a río revuelto. Las europeas se pueden convertir, así, en un voto de castigo, así quizá algunos agudicen sus oidos.

Empleo

Todas las comparaciones dicen que son odiosas, aunque cuando el resultado es favorable o conveniente para los pareceres propios siempre son bien recibidas, en este caso, pese al mal año para el paro y la creación de empleo en Burgos, los buenos datos del lustro anterior están consiguiendo mantener esta provincia entre las diez españolas con menos desempleo, un consuelo en el reino de los ciegos donde los tuertos son los reyes, pues el 18 por ciento de desempleo burgalés está muy lejano de ese 5-8 por ciento que se puede llegar a considerar pleno empleo y donde Burgos ya conoció esas cifras no hace tanto tiempo.

 

Más de 33.000 personas según las cifras de la Encuesta de Población Activa conocida recientemente son muchos ciudadanos, de los que no un pequeño porcentaje también han dejado de percibir los ingresos correspondientes a su situación y que se mantienen muchos gracias a las ayudas familiares como son todos esos jóvenes en ‘búsqueda activa’ del primer empleo.
No es de extrañar que provincias con menos paro que el nuestro sean Soria y Segovia, por su escasa población la primera, y probablemente por su cercanía con Madrid la segunda. Y también por delante las tres vascas y Navarra donde sus peculiares impuestos han favorecido siempre la instalación de la industria.
Precisamente este domingo, el decano de Económicas de la UBU apelaba a las exportaciones y el turismo como dos elementos claves para ir salvando una crisis que ahora sí parece contar con brotes aunque sean muy verdes, y las exportaciones vendrían precisamente del relanzamiento de esa actividad industrial casualmente ahora que la creación del Polo de Desarrollo cumple medio centenar de años. No es la primera vez que apelo en esta Página Par al impulso en Burgos de esa industria desde el propio Ayuntamiento, y precisamente ahora en pleno debate sobre a qué dedicar las inversiones municipales, la primera y casi única prioridad, aparte del mantenimiento diario  de la ciudad, debería ser esta: favorecer la instalación de empresas en nuestros polígonos, o la ampliación de las actuales aunque ello deba suponer una merma probablemente en otras inversiones no tan necesarias actualmente como esta.
Pero son los políticos los que ponen las prioridades en las cuentas públicas y los que también deciden a qué determinar su tiempo. Cada cuatro años comparecen ante las urnas aunque precisamente el debate sobre participación ciudadana está ahora más vivo. Creo que en el Ayuntamiento burgalés hay concejales suficientemente preparados para este objetivo ‘industrial’ si cuentan con presupuesto y apoyo. El segundo campo al que apelaba el experto era el turismo, donde Burgos se ha posicionado bien este último año, pero viendo la gran competencia existente, no hay más que asomarse a Fitur, no se debe bajar el ritmo ni un ápice.