Todas las entradas de: Antonio José Mencía

Noviembre

Es domingo. Pregunto a una persona cercana sobre qué podría escribir este artículo. Evidentemente el partidazo del San Pablo es una opción. Inenarrable. Casi 10.000 voces a una durante noventa minutos gritando el nombre de Burgos y aplaudiendo. Para intentar lograr un sueño. Las sensaciones serían inenarrables. Con unas peñas sin un solo minuto de descanso, con unos jugadores que se dejaron la piel hasta la extenuación, ante un Madrid cansado sí, pero con una capacidad para encestar muy alta, y por eso ganaron, con seis de siete triples en los últimos minutos.

Pero también me sugiere hablar sobre el mes de noviembre y los difuntos. Este fin de semana los cementerios de ciudades y pueblos ya se encontraban con gente que rezaba a sus muertos, que limpiaba sus nichos y tumbas, que colocaba una docena de flores sobre los nombres de los seres queridos, que besaban las fotografías de aquellos que nos dejaron sin esperarlo, o nos abandonaron con previo aviso.

Es difícil escribir de la muerte. Aunque la hayas visto muy cerca. Aunque veías cómo se iban apagando. Un día de estos enterraremos las cenizas de mi madre, junto a sus padres. Había que hacer algún papeleo y buscar una jornada donde encontrarnos todos los hermanos. Estaba con las maletas preparadas, pero siempre puede quedar la duda de si hablamos todo lo que teníamos que habernos contado. Si la dije suficientes veces que la quería. Cuando acudamos a los cementerios, aun sin fe, todavía tenemos la capacidad de reconciliarnos. Apenas conocí a mis abuelos. Alguno de ellos han pasado al olvido, los nietos no vivimos donde está enterrado y solo podemos rezar una oración mirando al cielo. Quizá a muchos de ustedes les ocurra, si es así, aunque no practiquen, dedíquenle a esa persona un Ave María. Por si las moscas ese pequeño acto de fe puede abrirle las puertas del cielo.

Yo todavía me encuentro por la calle gente que se parece a mi padre. ¡Cómo le costó adaptarse a la silla de ruedas! No quería que le vieran con esa incapacidad. Pero pronto volvió a salir todos los días como lo hacía como estaba bien. Con mi madre, con un cuidador, con sus hijos y gracias a Dios conoció a sus nietos. Mi madre aguantó también más por ellos, por los pequeñajos, como muchas madres de ustedes, amigos lectores. El sufrimiento va por dentro.

Por lo que nuestros mayores hicieron por nosotros bien merecen esa visita a los cementerios, o esa oración por su alma. O ese beso enviado. O un te quiero en silencio.

Fiestuqui

Parece que ya han decidido cuándo nos colocan las fiestas de San Pedro, San Pablo y San Fermín. Del 28 de junio al 8 de julio. Auguro cuatro días grandes y siete aburridos. 11 jornadas parecen muchas para intentar mantener arriba el fragor de las celebraciones. Con un mismo presupuesto, que es lo que parece que va a ocurrir, no habrá fuegos artificiales ni la mitad de los días. Y la música del Paseo de la Sierra de Atapuerca acabará hartando al más paciente de los vecinos. Del botellón es mejor no hablar, está legitimado y parecen demasiados días de concentración a las orillas del río para beber.

¿Y cuántas corridas de toros ofrecerán? Ahora mismo no sabemos todavía qué empresa recogerá el testigo, si se renovará o no. Tampoco conocemos dónde serán las barracas porque en La Milanera siguen sin tirar un metro cuadrado; y en qué condiciones se celebrará la Feria de Tapas, después de las críticas que están recibiendo la calidad de algunas de las mismas.

Me hubiera parecido más razonable que nuestras fiestas fueran del 22 de junio al 29 del mismo mes. Si por mi fuera, suficientes días serían entre San Juan y San Pedro y Pablo, del 24 al 29. Sería finalizar con la Ofrenda Floral, pero por qué no.

Los diseñadores de las actividades de las fiestas tienen un reto ahora: 11 días para entretener a los vecinos, al menos durante la tarde y la noche, y teniendo en cuenta que los cuatro primeros, si contamos el pregón -por cierto, también hay que valorar que los burgaleses echaron de menos los fuegos artificales este año esa noche-, son en un largo fin de semana y con las flores ya la primera mañana del viernes y la cabalgata la mañana del domingo -aquí también habría que hacer un ejercicio de originalidad- , qué nos queda entre el lunes y el domingo siguiente, el del burgalés ausente.

En esta misma Página Par -con otro diseño diferente- he escrito en diversas ocasiones sobre las fiestas patronales de Burgos. No es lo más importante que nos ocurre y es cierto que el sol aporta más de un cincuenta por ciento al éxito de las mismas, aunque ahora en el multiusos da lo mismo. Pero ocurren año tras año y si no se pueden cambiar, al menos debemos mejorar.

Y ya que hablamos del burgalés ausente. Estos días cumple 100 años, nada más y nada menos, que el Centro Burgalés de Buenos Aires, uno de los más importantes para nuestros compatriotas en el mundo. Cada año precisamente a Burgos acuden varios ciudadanos que residen en Argentina. Parece que en este evento centenario no habrá representación oficial ni del Ayuntamiento de Burgos, ni de la Diputación. Deben andar preocupados por cómo justificar los viajes. Pues lo cierto, si esto se cumple, y allí no va nadie, es que es todo un patinazo. ¡Enhorabuena majos!

Los ‘presupuestos’ del Parque Tecnológico

Escribo estas líneas un viernes por la tarde, horas después de haber presentado la consejera de Hacienda los presupuestos regionales en las Cortes, y cuando ya los partidos políticos y algunas instituciones han comenzado a hacer sus primeras valoraciones. Vuelvo a repasar las decenas de folios que ocupan las cuentas de la Comunidad, y allí, entre líneas, aparece, emocionante, el Parque Tecnológico de Burgos. Lo comento con Luis Ángel, que lleva años escrutando estos folios -hace lustros te llegaban en dos cajas a la redacción, ahora es un enlace en la web- y me dice que si sumáramos las veces que han aparecido cantidades para el ya famoso Parque podrían superar los cien millones euros. Dinero presupuestado, no gastado, y eliminado.

Así que he decidido poner una vela a San Judas Tadeo, patrono de las causas perdidas, a ver si este año es el definitivo para iniciar las obras del Parque, ya que el AVE parece que tampoco en 2018 va a llegar desde la capital de España. Confío, y ha quedado ya escrito en esta columna en alguna ocasión más, que cuando se finalicen las obras del tan ambicionado suelo industrial venga no solo con un pan debajo del brazo, sino con dos o tres a modo de industria moderna y avanzada, con la intermediación de la Junta de Castilla y León que nos debe, en este sentido, alguna propina.

Porque algo especial habrá que hacer con tanto suelo como el que tiene Burgos, teniendo en cuenta que a nuestro alrededor la competitividad es absoluta, primero con los que formamos parte de la propia región, y luego con ciudades como Santander, Bilbao -no debe parar la alianza en cuanto a la logística con los vecinos vascos-, Pamplona o Zaragoza, por situar 4 capitales con población y a tiro de piedra.

Pareciera como que nos hubiéramos quedado estancados. Con un tren directo para mercancias que no ha avanzado ni un milímetro. Y sin presupuestos generales veremos cómo lo hacen nuestros políticos, pero algo tienen que fabricar. Con un AVE que lleva años y años de retraso, sin explicaciones lógicas posibles. Con autovías que avanzan a paso de tortuga. Y menos mal que hay asociaciones como la del tren en Aranda, o la de la Nacional 1 en todo el corredor, o la Cámara de Comercio, que siguen empujando para no pasar al olvido.

El Parque Tecnológico de Burgos lo verán algunos que habrán alcanzado la mayoría de edad, 18 años despúes de que se hablara ya de él. Nunca es tarde. Estaría encantado si Burgos sigue creciendo en cifras de turismo -no son solo las pernoctaciones, sino lo más importante son las visitas aunque no duerman, no nos equivoquemos en el objetivo principal- pero por ahora seguimos siendo la Capital Industrial de Castilla y León y es una batalla que no debemos perder. En varias empresas como L’Oreal o Angulas Aguinaga están buscando trabajadores, en otras como Bridgestone o Gonvarri han celebrado sus 50 años en suelo bendito. ¡Enhorabuena!

Botellón y seguridad

Una recién licenciada de Comunicación Audiovisual, buena trabajadora y buena persona, que ha estado unos meses con nosotros en La 8, me ha puesto al día este verano sobre las ‘corrientes’ del botellón en la ciudad de Burgos. Se sale los miércoles, los jueves, los viernes y los sábados… pero va por temporadas. Recuerdo que en mi época algunos lograban alternar los cuatro días. Ahora son uno o dos, pero a tope. Así lo cuenta el último estudio sobre las borracheras que se ha realizado con los jóvenes españoles, menores de 29 años.

A más del 40 por ciento de ellos les compensa emborracharse a pesar de los riesgos que asumen. El trabajo encargado por la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción asegura, por ejemplo, que en el consumo de drogas el 43,5 por ciento de los encuestados percibe los riesgos del mismo y se declara inseguro frente a los riesgos. Un 16,5 % dice que dichos comportamientos entrañan una seguridad media y un 40 por ciento, al igual que con el alcohol, siguen insistiendo en que no perciben los riesgos y se sienten seguros.

No es de extrañar entonces que el 12 % de los jóvenes encuestados -1.300 en total- haya conducido después de haber bebido alcohol, un 8 % después de consumir cannabis, y un 3 % drogas estimulantes. Al menos existe un 35 por ciento que sí percibe la baja seguridad de estos comportamientos.

Algo más del 10 por ciento de los entrevistados dicen haber participado en enfrentamientos con violencia física, conducta más frecuente en el género masculino.

Curioso que cuando les preguntas por los demás, aumentan los porcentajes. El 40 por ciento dice haber visto a otros conducir después de beber, el 27 por ciento después de consumir marihuana, el 13 drogas. Un 25 por ciento reconoce haber visto peleas de terceros.

Que hasta se pierda la percepción de la falta de seguridad, o de respeto a tu propia vida, por porcentajes que no son mayoritarios, pero sí significativos, debería empezar a preocuparnos. En Burgos sabemos de peleas, de carreras de coches en los polígonos, de consumos de drogas, de botellón entre menores.

Pero la sociedad continua sin darle respuesta. Los adultos parecieran mirar hacia otro lado. Los padres no encuentran cómo dialogar con sus hijos y de qué, mientras les contemplan con el teléfono en mano. Tengo un amigo, padre de familia numerosa, y con chavales en la década de los 20, que están estudiando o trabajando fuera, que todos los días les envía al grupo de whatsapp un chiste y una pequeña consideración.

Algo tendremos que inventar, promover, estudiar, cuando las cifras dicen lo que dicen. Responsabilidad, fidelidad, lealtad son palabras que cada vez suenan más huecas entre ciertas generaciones. Y son necesarias para una sociedad más justa y más libre. O quizá eso ni les importe, ni nos importe.

Todos sufrimos

Estos días he visto decenas de vídeos de Cataluña. Desde el destrozo de los coches de la Guardia Civil hasta un grupo de ciudadanos delante de la Casa Cuartel de Barcelona aplaudiendo a sus ocupantes, con banderas de España. Desde Padilla saliendo al ruedo con una bandera preconstitucional -al día siguiente lo arregló en Aranda de Duero- hasta miembros de la policía local de una localidad catalana quitando de la pared carteles pidiendo el Sí para el referéndum.

Probablemente, los chavales a los que los profesores les han dado días libres para manifestarse no tengan los sentimientos suficientes como para pensar en qué está pasando. Pero es algo muy cierto que todos sufrimos.

Me imagino a Joan Manuel Serrat lo que le habrá costado decir que esta convocatoria no era transparente, un gran tipo al que le prohibieron cantar en catalán durante muchos años, mientras el club de fútbol más importante de esta Comunidad y uno de los más importantes de Europa se pierde en tonterías.

Tengo conocidos que son independentistas pero que no quieren batallas con España. Reconocen la historia de su tierra. Pero ha llegado tan lejos el mensaje del agravio -en muchas ocasiones falso- que no les ha quedado más remedio que rendirse. En cambio otros se han vuelto más radicales y la Estelada está presente en su casa como un desafío.

Y luego están aquellos que por su profesión de defensores de la ley se han visto rodeados y menospreciados. Desde fiscales a fuerzas del orden. Qué oportuno el vídeo del miembro de la Benemérita cantando un fandango desde el balcón del hotel donde se encuentra su unidad hospedada ante los chavales de la cacerolada que iban al escrache y que se callaron en ese momento.

¡Claro que se puede negociar una patria -los líderes de los partidos independentistas pretenden mantener la doble nacionalidad para seguir siendo europeos- y una bandera! Probablemente algunos de ustedes hayan recibido a través de whatsapp el dibujo de nuestra piel de toro dividida solo en dos territorios: Córdoba y Asturias, como la aldea gala que se ha resistido al Imperio Romano. Llegamos todos a ser mozárabes, moros, castellanos y aragoneses, y españoles.

Todos sufrimos porque son muchos los que viven en Cataluña que quieren seguir siendo españoles y que están siendo denostados. Y desde la otra parte no faltan calificativos para los que quieren dejarnos, con argumentos caducos y falsos.Y esos Mossos que están ayudando a evitar el referéndum sin que lo conozcan sus jefes porque probablemente les expulsarían del cuerpo por actuar legalmente. Ya hemos perdido los conceptos de democracia, libertad y legalidad.

A los castellanos nos une a los catalanes que celebramos una derrota. Busquemos más cosas y pensemos también que todos tenemos derechos, también a decidir, pero como la ley dice.

Nacional 1

No por mucho insistir desde los medios de comunicación en la situación de la Nacional 1, con miles de camiones atravesándola diariamente, y la inseguridad que ello supone, se va a solucionar el problema. Porque el hecho es que está en manos de los políticos, y realmente son ellos los que tienen en su mano la alternativa a la carretera de la muerte. Y la han dejado pasar durante unos cuantos años, cuando han alargado la concesión a cambio de muy poco, porque el valor de una vida es inmenso.

Sí, es cierto, hay una autopista de peaje al lado que evitaría probablemente numerosas muertes, pero no es gratis, y por muchos intentos que se han hecho con los transportistas de reducirles una parte del peaje, no han respondido, también los euros cuentan y muchos trabajan por cuenta propia, duermen en el habitáculo del aparato y gastan lo menos posible, porque las retribuciones no son a veces las que deberían ser.

Y, sin duda, en algún momento -igual que con los del tren directo- habrá que hacer un homenaje a los miembros de la Plataforma de la Nacional 1, la mayoría de ellos habitantes en los pueblos que los circundan, por mantener viva la protesta. No hace mucho tiempo tuve que acercarme durante una larga temporada con relativa frecuencia al pueblo de Atapuerca. La salida de la carretera a la N1 sigue siendo un riesgo permanente, en un punto donde ya se han producido unos cuantos accidentes. Es cierto que no se puede achacar toda la culpa a la propia vía. En el tremendo accidente de Pancorbo parece que ninguno de los fallecidos llevaba el cinturón o la silla apropiada y posiblemente se pudiera haber salvado algún miembro de la familia más. Y quizá en otros, la imprudencia de conductores haya sido la causa. Pero en las autopistas no hay choques frontales salvo que un loco a gran velocidad se salte la mediana.

Desde que llegué a Burgos hace ya varios lustros la Nacional 1 ya era tema de debate, en este tiempo se podía haber liberado la AP1, pero varios gobiernos socialistas a cambio de mejoras de la concesión ampliaron la misma. Da igual, los populares mientras gobernaban tampoco hicieron nada por rescatarla.

Entre la fecha del rescate, el próximo año, y las elecciones autonómicas y municipales, el siguiente, hay un espacio de tiempo para reflexionar. Hace unos meses los cuatro partidos principales firmaron un acuerdo para que una vez finalizara la concesión la autopista se liberara. De momento no ha habido ningún movimiento para ir preparando esa liberalización desde el minuto 1. Y evidentemente hay trabajos que hacer. Creo que lo tenemos fácil, si alguno de los cuatro partidos no hace la tarea le eliminamos en nuestra posible votación. Clarísimo. Y por cierto, con el tren directo para mercancías, igualmente.

Aquellos días de julio

Iba a comenzar mis vacaciones esa mañana. Como casi todos los julios. Una llamada al teléfono fijo de casa me despertó. Era un amigo que tenía en el ministerio del Interior diciendo que habían liberado a Ortega Lara. Medio dormido me llegaba otra a los pocos segundos. El director del periódico, un oyente infatigable de la radio, me dijo lo mismo. A ducharse y para el trabajo. Había que hacer al menos una edición especial, trasladarse a donde estuviera el entonces funcionario de prisiones, y prepararlo todo.

Los medios técnicos no eran como ahora y había que casar las columnas casi a ojo. No teníamos color en la impresión, ni internet, ni forma humana de que una foto de los reporteros gráficos llegara al instante. Así era la vida. Al llegar al Diario, en la calle San Pedro de Cardeña, ya habían aparecido los primeros periodistas. No sabíamos si brindar a esas horas o esperar un poco más tarde, hicimos lo más prudente. Ese día había que fabricar dos periódicos. Y poco sabíamos lo que iba a suceder a las pocas horas.

La historia de José Antonio es bien conocida. A punto estuvo de quedarse encerrado en ese zulo de Mondragón ahora destruido. Habían elegido ese día porque el juez Baltasar Garzón estaba de guardia, y en las actuaciones antiterroristas era el más eficaz. Pero Garzón estuvo a punto de venirse abajo porque en la nave no encontraban nada, a pesar de las semanas de seguimiento que habían realizado, y de que Bolinaga se encontraba con los cuerpos especiales de la Guardia Civil que habían entrado. Mayor Oreja en permanente conexión con Aznar les dijo que aguantaran, hasta que encontraron el complejo mecanismo de apertura al zulo que movía una máquina de cientos de kilos. Y Uribechevarría Bolinaga cantó. Y José Antonio cuando entró el primer guardia civil pidió que le mataran pensando que era uno de los cuatro captores.

Nunca se conocerá bien la pista que llevó a los investigadores hasta Mondragón, a un comando de semidesconocidos en la lucha armada. Solo por tres letras no se dedujo que Uribechevarría Bolinaga estaba detrás. El caso es que se llegó, se vigió y José Antonio fue liberado 532 días después de haberle encerrado en esa habitación de tortura.

Ese día también sucedió que cuando llamaron a Domitila, el propio ministro, para anunciarle que su marido era libre ya, la buena de Domi no paró de incriminarle, ya que pensaba que le hablaba de Delclaux, que después de pagar una ingente cantidad había sido también liberado esa madrugada.

Llegó el secuestro de Miguel Ángel Blanco. Precisamente parte de ese mes de julio lo iba a pasar yo en San Sebastián y allí estaba en cada concentración, en cada protesta, en cada silencio. HB cerró todas sus sedes por temor. Esa noche lloramos todos sabiendo que Miguel Ángel iba a morir. Quizá por eso se acabaron los miedos y todos nos manifestamos, y los ertzantzas se quitaron sus cascos y se abrazaron los ciudadanos. Y comenzó el fin de unos desalmados, que ojalá cumplan todas sus penas. Por la memoria, la dignidad y la justicia hacia dos hombres: José Antonio Ortega Lara y Miguel Ángel Blanco.

Permiso, perdón y gracias

Recuerdo los últimos meses en vida de mi madre. Se disculpaba por las molestias que nos había causado durante todos los años que estuvo enferma. Yo me tenía que salir de su habitación para llorar. Salvo que seas un cazurro o tengas imposibilidades claras, qué puede hacer un hijo por su madre que estar con ella cuando lo necesita. Agradezco muchísimo a mis hermanos que vivían en la misma ciudad la presencia casi continua que han tenido, y los sacrificios de tiempo y trabajo que les llevó. Como ocurrió con mi padre. No fueron años fáciles, pero nunca una mala cara, ni un mal gesto. Acompañando a mis sobrinos que eran -y lo siguen siendo- la alegría de la casa.

Con mi padre, sí que me arrepiento de no haber hablado lo suficiente. Nunca hemos sido de grandes discursos. Todavía, cuando han pasado ya unos años, amigos, alumnos, conocidos suyos me recuerdan algunas de sus vivencias y lo que le admiraban y querían. Mi madre aguantó hasta las últimas semanas a que le lleváramos a la tertulia con las maestras jubiladas que tenían habitualmente. Hasta que empezo a quejarse, no funcionaban ni los parches, ni las pastillas. Hasta que se fue sin mucho ruido y nos dejó huérfanos.

Agradezco a Dios enormemente haber vivido en una familia así. Cuando iba a ver a mi madre, siempre quedaba con mi sobrino pequeño para buscarle al cole y que mi hermana pudiera hacer una jornada más continua. Y doy gracias porque he aprendido mucho de este chavalín, al que quiero mucho, como al resto. El Papa Francisco no deja de insistir en las claves de la vida en familia con tres palabras: Permiso, perdón y gracias. A pesar de los malentendidos, de las discusiones, la palabra Permiso nos recuerda que en la familia, en cualquier de ellas, incluso la que une más que los lazos de la carne, nos dice que debemos ser delicados, respetusos y pacientes con los demás. Dar las gracias, dice Francisco, parece un signo de contradicción en una sociedad recelosa, hay quien lo ve como debilidad. Pero la dignidad de las pesonas pasa por una educación en la gratitud. Y el perdón es el mejor remedio para evitar que la convivencia se agriete y llegue a romperse.

Son palabras simples, ¡pero no tan simples para poner en práctica!, asegura Francisco. Encierran una gran fuerza; la fuerza de custodiar la casa, también a través de miles de dificultades y pruebas; en cambio, su falta, poco a poco abre grietas que pueden hacerla incluso derrumbar.

‘Consejos vendo que para mi no tengo’. Pero qué bueno sería que al final de la vida no tengamos que arrepentirnos del tiempo que no dedicamos a las personas que queríamos. Es el tiempo mejor aprovechado y más agradecido.

Disculpen, estimados lectores, que haya perdido el pudor en estas líneas. Pero como dice mi hermana estas ‘cosas’ se curan ‘despacito’.

Nueva cara sindical

Esta semana pasada he tenido ocasión de escuchar argumentos sobre la actual crisis a dos sindicalistas destacados. Una, la presidenta de CSIF Burgos, Silvia Cámara, que cuenta con el mayor número de representantes en la función pública, parte de los trabajadores que también han sufrido la mala situación económica por los recortes y la congelación salarial.

Por otra parte, Pepe -antes Josep- Álvarez, un asturiano emigrado a Cataluña, y que ha alcanzado su cima sindical con la secretaria general de la UGT, entiendo que después de escucharle, más por su afán de diálogo que por su intención de enfrentamientos.

Álvarez intervino en dos ocasiones en las Jornadas que la Federación de UGT de Industria, Construcción y Agro organizó en Valladolid y Burgos bajo la dirección de su secretario, el burgalés Pedro Hojas. En ambas para defender la posición de la industria ante los demás sectores, con datos objetivos y de futuro. El primero de ellos fue el de la temporalidad. En el conjunto de la economía se fijó el año pasado en un 26 por ciento, mientras que en la industria en un 20 por ciento. Lo que supone más seguridad. Pero al mismo tiempo el sindicalista asturiano reclamó un mayor peso en el PIB para que pase del 16 al 20 por ciento este sector. Tanto Álvarez como Rajoy destacaron en las Jornadas la situación en la provincia de Burgos, donde alcanza el 30 por ciento pero algunas administraciones parecen haberlo olvidado por los recursos escasos que destinan a su fomento, y el Ayuntamiento de Burgos es una de ellas. Estamos entre las primeras provincias de España industriales y no lo parece.

«Lo importante es que exista un Gobierno que apueste realmente por la industria, que la regenere, la oriente y la convierta en el motor de creación de empleo en nuestro país. Para ello hay que superar los principales déficits de nuestra industria actual. Déficit en inversión, formación y cualificación profesional, en el nivel tecnológico, en el desfase en I+D, en la escasa dimensión de las empresas..» y es difícil estar en desacuerdo con esta manifestación del secretario general del sindicato.

En este espacio ya se ha insistido en otras ocasiones en el impulso necesario para la industria y más en una provincia que vive de ello. Escuchárselo a uno de los mayores líderes sindicales en España ratifica la necesidad, pero sobre todo muestra una vía sindical, la otra, donde los representantes de las trabajadores deben moverse, trabajando por el bien común y no por el propio como ha ocurrido con sus organizaciones.

Es positivo escuchar en este sentido a Pepe Álvarez, como lo fue oír responder a las preguntas a Silvia Cámara, la máxima representante de CSIF en Burgos cuando hablamos en el programa ‘Mesa de Redacción’ de La 8 sobre sus reclamaciones y el papel de los sindicatos. Los funcionarios han aguantado la crisis, bien es verdad que con un puesto de trabajo fijo, pese a la interinidad todavía existente, pero durante unos cuantos años han visto sus salarios en algunos casos reducidos y en todos congelados.

Dos ejemplos de la otra cara sindical, una nueva, alejada del conflicto y más cerca de la realidad. El dirigente de UGT pidió además a Rajoy allí presente un Pacto por la Industria, guante que recogió el presidente del Gobierno a su estilo. Así que habrá que insistir.

Me gusta el rugby

Miles de aficionados al deporte se sumaron ayer a buen seguro a la afición por el rugby a través de La 8 televisión. Y además con el pedazo de árbitro que iba narrando todas sus decisiones que te acercaba a un juego desconocido. Así ocurre en este deporte, de leones y leonas, y donde España está ocupando cada año un lugar mejor en el entramado mundial.

En Burgos tendremos que esperar, después de una temporada imbatidos y una fase de ascenso con vaivenes. Este domingo hemos jugado con un equipo preparado para subir, que ya ganó el campeonato en la División de Honor hace poco tiempo, y le hemos vencido en su casa, pero por un punto menos que el que debíamos, mas le hemos ganado con una gran defensa y un pundonor digno de los mejores.

Todo esto tiene unos ‘culpables’: una directiva entregada, un equipo sacrificado y un entrenador incombustible. Además es de los argentinos que se valoran por lo que realmente valen.

El último campeonato del mundo también atrajo muchas miradas. Hay equipos de países mínimos y de grandes potencias o a quién no le suena en Europa el Seis Naciones, o ha oído hablar de sus símbolos, como el Cardo, la Rosa de Lancaster o el Trebol. Si hasta un equipo de rugby, de un país al otro lado del globo, ha ganado este año el premio Princesa de Asturias de los Deportes: los All Blacks, de la que muchos habrán visto alguna de sus hakas en vídeo.

El Club UBU Aparejadores no cuenta con aficiones mayoritarias, pero sí leales, ni todavía con hakas e himnos. Han formado un equipo con jugadores de lugares donde se mama el rugby como Inglaterra, Sudáfrica y Argentina, con otros nacionales y se han puesto desde hace alguna temporada a pelear por el ascenso. Parecía que este año lo tenían más cerca dada la trayectoria. Ahora solo queda un milagro, que es ganar a un club de División de Honor, con bastante tradición, como es el Getxo, pero si hay milagros que pueden ocurrir, eso le puede ocurrir al Aparejadores, aunque también es verdad que no es el cuento de la lechera y lo fácil que ocurra es que no se venzan ninguno de los dos partidos.

Y después habrá otra temporada donde esta vez quizá puedan llegar a la máxima división de un deporte que va en ascenso, que mantiene sus nobles tradiciones, como el ‘tercer tiempo’ entre los dos equipos, donde se hace el pasillo al equipo contrario y las lesiones graves se suelen esquivar a pesar de la fuerza con que se emplean, pero donde impera la nobleza. Lo saben en Castilla y León donde dos de sus equipos año tras año llegan como campeón y subcampeón al final de la liga, y en la misma ciudad, pero con franca una rivalidad. Eso es el rugby, y por eso me gusta.