Todas las entradas de: Antonio José Mencía

Música

Con la música clásica me ocurre lo mismo que con el vino. No lo aprecio. Y salvo contadas excepciones, me sabe casi todo igual, y además, en el caso del caldo, no me gusta.

El último concierto al que asistí en el Teatro Principal fue una invitación que hice a mis padres hace unos cuantos años con motivo del Estío Musical Burgalés y si mal no recuerdo, Rafael Frühbeck dirigía la Novena Sinfonía de Beethoven a una orquesta cuyo nombre no me viene a la memoria. Disculpen por ello. Pero era tal la ilusión que le hacía a mi padre, ya mayor y con dificultad para el movimiento, ver en directo al maestro burgalés que a mi me daba lo mismo el director, la orquesta y el lugar, solo me bastaba contemplar a mi progenitor. Pese a la pasión de mis padres por la música, no me contagiaron, y eso que he tenido oportunidades de disfrutar de los grandes. Quizá no olvidaré la primera ópera de la que disfruté en el Liceo de Barcelona, en la inauguración de una temporada a la que asistía la Reina, y a la que fui por motivos laborales –seguía entonces la información de la Casa Real-. Me sorprendió la obra, y me gustó.

Ahora, durante unas semanas, vivo rodeado por los maestros de la principal orquesta de Castilla y León, la OSCYL, y una de las mejores de Europa. 80 profesores que viven con pasión la música y que disfrutan y hacen disfrutar con lo que hacen. En Burgos actuarán el 10 de julio en la Plaza Mayor, en un evento que hubo que suspender el año pasado por la lluvia, y el 20 de julio en el concierto que dará en la Catedral, junto a casi 100 voces, con motivo de los actos del VIII Centenario de la seo, la única por cierto en toda España que tiene el título de Patrimonio de la Humanidad. Además dos ensembles de la Orquesta, como ha ocurrido otros años, actuarán en dos localidades burgalesas del Camino de Santiago este verano de los seis conciertos en total que ofrecerán. Cuatro oportunidades para verlos en apenas dos meses, si es que no se apuntan al concierto sinfónico que ofrecerán junto a Santiago Auserón el próximo 1 de junio en el Fórum Evolución.

Burgos siente pasión por la música, ya he escrito en alguna otra ocasión que lo mismo ocurre con el baile y la danza, contamos también con una Orquesta Sinfónica y una Joven Orquesta, que entre los dos pueden sumar 10 conciertos al año casi por amor al arte, en el segundo caso buscando fiestas que no impidan asistir a clase a la mayoría de sus miembros. Bien merecerían un poco más de ayuda las dos formaciones. Mucha culpa de ese amor por la música lo tiene sin duda el Conservatorio Profesional, pero también la Escuela de las Bernardas y la Escuela Profesional de Danza.

Burgos es sin duda la capital industrial de la región, es una capital gastronómica, incluso turística, pero su impulso artístico, a muchos niveles, incluido el musical, es digno también de destacar, por no hablar del baile y la danza que ya he citado en otras ocasiones. Si hasta el Himno a Burgos, como escribía la semana pasada, ha triunfado.

Despejando incógnitas

Los muchachos del Partido Popular estaban preparados para ir encantados de conocerse en la convención nacional de este fin de semana. El máster de  Cristina Cifuentes ha dejado aplazados un montón de temas, probablemente uno de ellos la decisión de cuándo se nombrarían a los candidatos de las comunidades autónomas que celebran elecciones el próximo año, junto a los aspirantes a alcaldes también en 2019. Estaba previsto que inicialmente antes del verano se conocieran los nombres. Ahora ya hay dudas si dejarlo para después de las vacaciones.

Este encuentro en Sevilla debería haber servido como punto de partida para la precampaña electoral, sobre todo conociendo las encuestas que se han ido publicando estas últimas semanas y aunque bien es verdad que no es lo mismo que en las listas figuren Inés Arrimadas o Albert Ribera que personas desconocidas de la coalición naranja, lo cierto es que las huestes de Ciudadanos están ahora en su mejor momento.

A Rajoy la decisión del tribunal alemán, no prevista, y el enrocamiento de Cifuentes, sí previsto, le han cambiado el paso, porque han tenido que dedicarse sus correligionarios a aplaudir a la lideresa madrileña, más que a planificar el futuro,  aunque quizá el todavía prefiera esperar mientras se despejan algunas incógnitas.

En Burgos, por lo que se refiere al PP, el propio alcalde Lacalle sigue empeñado en decir que todo está al cincuenta por ciento en cuanto a su propia candidatura. En este espacio hace semanas me manifesté por tres alternativas, de la que parece que va quedando solo una. También han de mirar quién sustituye a Herrera en la lista de procuradores, que no es elección vana, teniendo en cuenta que Ciudadanos y Podemos arañaron procuradores en los últimos comicios.

Y ya que estamos, estos días se está confirmando que para las municipales también habrá lista de Podemos en la convocatoria capitalina, y aunque haya primarias, parece claro que Salinero irá de número 1 y Blanca Guinea de número 2, frente a otra lista que será apoyada por Izquierda Unida y que veremos si mantiene el nombre de Imagina. Divide y vencerás suele decir el enemigo, aquí lo han tenido dentro todo el tiempo.  No están los de Podemos en el mejor momento y tendrán que hacerse algunos replanteamientos.

Un académico para la RAE

Hoy es el Día del Libro. Si tienen tiempo acérquense por la Plaza Mayor y compren uno. Es un placer la lectura, que  no debemos llegar a perder frente a otras alternativas más visuales. Además  hay que hacer una buena selección para que los más pequeños se vayan entusiasmando con la misma,  y la puedan compaginar con sus videojuegos. Si no, estamos llegando tarde.

Hoy también es el día que se entrega el Premio Cervantes, el más importante de las Letras en castellano. Y también es un buen momento para reflexionar sobre la Real Academia de la Lengua Española, en su capacidad de ‘limpiar, fijar y dar esplendor’. Una RAE que ha dado cabida a numerosos perfiles en las últimas décadas hasta llegar a los 46 actuales, con 3 pendientes de tomar posesión, algo que la RAE prepara con un gusto exquisito.

Una RAE abierta que bien merecería que Alejandro Grijelmo formara parte de la misma. El escritor, profesor y periodista burgalés además podría inaugurar la letra Ñ por su esfuerzo en mantener las singularidades de nuestro idioma. Para formar parte de la Academia necesitaría de tres padrinos inicialmente, y luego la elección por parte de todos los miembros. Pero méritos  no le faltan al que ha ido buscando cancioneros para mantener las palabras antiguas y las tradiciones. Fue el creador del Libro de Estilo del periódico de más difusión española, durante su presidencia en EFE creo la Fundéu, para el cuidado de la lengua española y su adaptación a los nuevos tiempos;  sigue escribiendo en El País y por su pasión por los deportes en el AS.

Pero, sobre todo, cuenta con libros de lectura imprescindible para presentes y futuros periodistas, y aquellos que quieran  adentrarse más en nuestro idioma común. Ejemplos son ‘El estilo del periodista’, ‘Defensa apasionada del idioma español’. ‘La seducción de las palabras’ , ‘La información del silencio’ o ‘Palabras de doble filo’. Grijelmo además es un gran comunicador, de ahí su premio Antena de Oro, y su reciente nombramiento como miembro de la burgalesa Institución Fernán González.

Las comparaciones son odiosas, así que las evitaremos, pero en la RAE hay los suficientes periodistas y columnistas como para llevar de la mano esta candidatura.  Algunos de los académicos parecen haber llegado a sus sillones por sus méritos empresariales, otros por la defensa jurídica, los más por sus escritos, pero pocos por una defensa tan directa del castellano como ha llevado a cabo Alex Grijelmo.

Siempre debería haber un burgalés en un sillón mayúscula o minúscula de la RAE. Escritores hemos tenido y tenemos.  Habrá que contar con un lobby.

El Himno

Si Calleja y Zurita levantaran la cabeza casi un siglo después de su composición, a buen seguro que sonreirían emocionados por lo que ha llegado a ser ‘su’ (nuestro) Himno a Burgos en este período de tiempo. Ni nosotros mismos nos hubiéramos imaginado hace menos de un año  que se hubiera convertido en el emblema de la joven afición del equipo de baloncesto, que en el Coliseum se lleva la mano al corazón y canta con todo su poderío segundos antes de iniciarse cada partido del San Pablo, dejando bien cimentado el potente resurgir. Tanto que asombra y deslumbra a todos los foráneos que allí se congregan o a los periodistas que retransmiten los encuentros.

Ya no es solo el momento del Himno el inicio de las fiestas, tras el pregón, o el día 29 por la mañana en el Arco de Santa María y por la tarde en la plaza de toros, o para finalizar galas y actos públicos y privados. Es una composición que podía haber caído en lo rancio y se ha enaltecido en todos los rincones. Pocas ciudades tendrán un Himno cantado con tanta exaltación en momentos tan concretos. Probablemente solo el sonido de las gaitas con el Asturias Patria Querida en los Premios Princesa, o el del Sevilla compuesto por El Arrebato y cantado por miles de almas en el Sánchez Pizjuan generan una emoción similar. Son dos que como el de Burgos ponen la carne de gallina a cualquier espectador u oyente.

En Burgos, donde necesitamos motivación en muchas ocasiones, y en otras bastantes dosis de autoestima para creernos de lo que somos capaces, están surgiendo ocasiones de demostrarlo. Hablábamos de baloncesto, de una ilusión general en que #somosACB, pero también el proyecto #Catedral2021 que ya ha realizado su puesta de largo ha generado esperanza y el anhelo de convertirnos en una capital europea, con la participación y colaboración de todos.

De esta Castilla incomparable que dio a España Reyes, como recordaba Antonio José en su Madre Castilla, que bien podría haber sido un himno de esta tierra. O como canta Orégano ‘Castilla somos nosotros, nosotros castellanos’ puede seguir llegando ese necesario convencimiento de que en Burgos, en Castilla, en pleno siglo XXI todavía somos capaces de conseguir los objetivos que nos podemos proponer, y sino que se lo pregunten a los incansables aficionados del baloncesto burgalés, liderados por unas peñas ejemplares llenas de pasión.

 

Ahí siguen los camiones

Pareciera que todo iba a solucionarse de forma rápida. Pero tengo para mí que ni el Ministerio de Fomento, ni la Consejería del ramo, están ahora muy boyantes como para cumplir las promesas con las que el ex alcalde de Santander se dedica a regar el territorio nacional desde su altavoz ministerial. El dinero que hay en las arcas estatales, poco o mucho, se dedica al gasto social, que no tiene mucho que ver con vías y asfalto, y es lo que demandan fundamentalmente aquellos que pagan impuestos: dependencia, servicios sociales, educación,  sanidad y pensiones, tan de moda últimamente. Los restos quedan para poco.

Así no es extraño escuchar, negando la evidencia, que el AVE llegue a Burgos cuando tenía que llegar, o que el acuerdo entre el Estado y la Junta para llevar los camiones a la AP1 sería de forma inmediata. No hay más que darse una vuelta por la Nacional 1 para comprender que aún falta mucho para esa realidad.  Diario de Burgos ya se ocupa en su portada todos los días de recordar el tiempo que restaría para la liberalización de la AP1 –menos de 250 días- cuando todavía no se ha producido ningún movimiento en su favor, más que una declaración política que si no se persigue por parte de los parlamentarios elegidos por Burgos podría finalizar en la papelera del secretario general del Ministerio.

Tendría que ser la noticia del año cuando se haga balance a finales de 2018 de las actuaciones ocurridas en la provincia de Burgos. Después de años de dilatarse ha llegado el momento de que se cumpla no una promesa, sino la ley, salvo que volvieran a sacarse de la manga algún otro intercambio para que la concesionaria siguiera explotando la autopista. Y solo se me ocurre que sería muy difícil de explicar para todos los que día tras día atraviesan la N1 para evitar pagar un peaje caro, y sobre todo para los transportistas que están todo el día en la carretera. Ya han bajado los precios de su actividad, como para tener por obligación que abonar una segunda tasa de circulación.

De momento ya hemos comenzado el mes de abril sin ninguna perspectiva. Hay personas e instituciones que están trabajando no solo por esa liberalización, sino por el avance en otras comunicaciones, como puede ser el Madrid directo del ferrocarril para el transporte de mercancías, en donde vuelven a encontrarse desde Madrid la callada por respuesta, y eso contando con el apoyo de las cámaras de comercio implicadas de norte a sur de la península ibérica. En cuanto al AVE si no hay explicación para el retraso que lleva, todavía menos si su objetivo final no es la conexión con Francia por el País Vasco.

De la Serna, que es un ministro viajero, se habrá dado cuenta ya –tiempo lleva en el sillón- de las necesidades reales. Pues que trabaje.

 

Pablo y Magdalena

Esta semana la vida de Pablo de Tarso y de María Magdalena han sustituido en los cines a las historias que nos contaban en ‘Ben Hur’, ‘La túnica sagrada’, ‘Quo Vadis’ o la más reciente ‘La Pasión de Cristo’ en donde su director, Mel Gibson, hace revivir a los espectadores esos tres días con miradas al pasado y en idioma original, el arameo. Una película duda, pero verdadera en lo que pretende.

Ahora, en estos días de Semana Santa, nos acercan a la vida de una de las mujeres que vivió la Pasión más cerca de Jesús, según relatan los Evangelios, cuando todos los hombres, menos Juan, habían huido, ellas aguardaban, junto a su Madre, al pie de la cruz o frente a la cueva donde fue depositado.

Pablo, en cambio,  conocía a Cristo de referencia, mientras perseguía y lapidaba a los primeros cristianos, hasta que se convertiría en el apóstol de las gentes y sus viajes se multiplicaron, como reflejan los Hechos de los Apóstoles. Un auténtico relato de dificultades movido por la fe de su conversión.

No he visto las películas que cuentan la vida de Pablo y Magdalena, ahora en los cines, sustentos para Jesús y para los apóstoles, pero sí leído el Nuevo Testamento donde reflejan la importancia de estos dos personajes para el cristianismo y el ejemplo de lo que supone un Dios que perdona. Probablemente son historias estas más vitales y personales, que las que representan las grandes cintas épicas de la historia del cine, de gran duración, y costeadas por los grandes estudios.

Esta Semana Santa, en Burgos se repiten las tradiciones desde el pasado viernes hasta el próximo domingo. Hay nuevas procesiones, en las que los protagonistas son las mujeres y los niños. Hay música que suma y silencio que acongoja. Hay encuentros esperados y miles de personas contemplándolos no solo en la capital sino también en la provincia. Hay escenas vivientes y Judas perseguidos. Hay ángeles que vuelan y palmas al aire. Hay Vía Crucis penitenciales, lugares de arrepentimiento: siempre hay motivos para ello, y procesiones en el interior de la Catedral. Hay alegría en María cuando suenan las campanas de la Resurrección. Y, como siempre, Jesús está presente en el corazón de muchos cristianos.

No tenemos carreras de cuádrigas, ni persecuciones, ni crucifixiones . Pero hay penitencia en silencio, con personas descalzas, arrastrando una cruz durante las horas que dura el camino.

A todos los que participan en la Semana Santa, sean creyentes o no, gracias. Hay días al año en que necesitas reflexionar en silencio.

Libres, no valientes

Uno de los carteles que más me conmocionó en la manifestación del pasado 8 de marzo en Burgos, lo portaba una mujer joven, y aparentemente decidida: «De camino a casa quiero ser libre no valiente». No es la única que piensa eso. En los últimos meses han crecido el número de mujeres, jóvenes y menos jóvenes, que tienen respeto a la noche, cuando no miedo. En ciudades como Bilbao están poniendo a prueba que los autobuses ‘buho’ puedan parar donde indica el viajero, para acercarles más a su casa y estar menos tiempo solas. En Valladolid, su alcalde ha declarado que estudiarán lo que pasa en Bilbao con el transporte público y con las pruebas para ponerlo en marcha en la capital pucelana.

Estuve unos cuantos años atravesando el parque de la Quinta para trasladarme al otro lado del río cuando Diario de Burgos tenía su sede en la calle San Pedro de Cardeña, e incluso los feriantes se instalaban allí por los sampedros. Habitualmente, el regreso a casa por la noche era tarde y con muy poca luz. Reconozco que algunos días tenía cierto temor a encontrarme con pandillas de macarras o algún tipo que quisiera pedirme dinero, como me había ocurrido en Madrid, durante los años que estuve allí trabajando. Pero nunca, nadie, hizo algún ademán en unos cuantos años de pretender algún robo, fuego para el pitillo y poco más.

Sí que ha ocurrido alguna vez encontrarme con los retrovisores golpeados, con la ventanilla rota y una botella de cerveza en el asiento con los cristales alrededor, o con varias rayaduras a lo largo y ancho del coche. Casi siempre junto al río, y me imagino a los autores de retirada y con bastantes copas de más.

Son tonterías en comparación con la sensación de incertidumbre o falta de seguridad que tienen algunas chicas o no tan chicas cuando pasean por la noche por las calles de cualquier ciudad española. Por eso quieren hacerlo en libertad, y no sintiéndose conrajudas o asistiendo a clases de defensa personal con el spray en el bolso.

Que esta sociedad no es la mejor de los posibles es fácil darse cuenta con asistir de rebote al debate en el Congreso sobre la prisión permanente revisable. Podemos también mirar hacia otro lado y decir que en decenas de países -algunos del primer mundo como nosotros- están mucho peor, y que no nos podemos quejar. Pero cuando falta libertad, falta lo más importante.

A mi sobrino mayor con apenas 3 años le pegaron en la guardería. No fue relevante. Pero la decisión de mi hermano sí. Le apuntó a taekwondo. Ahora tiene 12 y es cinturón negro de su categoría. Sabe que es únicamente para defenderse.

Burgos baila

Cuando llegué a Burgos me sorprendieron unas cuantas cosas. Estaba dejando de ser la ciudad de curas y militares de la que había oído. Me admiró ver también una localidad bastante limpia, aunque extrañaba encontrarse con varios edificios abandonados que parecía que en su tiempo habían sido señoriales y ahora estaban destartalados, como el Teatro Principal, el Palacio de la Isla, o el Hospital de la Concepción; y, sobre todo, una Catedral, única en el mundo, sucia. Nada parecía que se fuera a hacer con estos inmuebles para su mejora. Gustaban más los aparcamientos que el patrimonio en nuestros ediles. Algunos además incluían una carga política que no convencía a los responsables políticos de entonces. Para mí, era la primera capital que vivía donde gobernaba el centro derecha, tras haber pasado por Gijón, Pamplona y Madrid, y eso en cultura, aunque no debería ocurrir el desapego, ocurre.

Pareciera, además, que la faltara algo de vida. Pero si la cultura no se manifestaba en grandes eventos, lo hacía individualmente o en grupo en mucha gente, por ejemplo, con la enorme cantidad de asociaciones y grupos de baile que había. Tuve que esperar a las fiestas para comprobarlo. A hablar con la gente para conocer que muchos habían bailado cuando eran unos chavales, que la mayoría de las reinas de las fiestas danzaban. Y todos lo hacían muy bien. Era una auténtica pasión. Y probablemente mucha culpa de todo ello lo tuviera el Festival Internacional de Folclore, que llenaba año tras año en la plaza de San Juan y si bien era gratuito, nadie aguantaría un tostón de dos horas si no le gusta.

Llegaba de ciudades con marcha, a otra donde la marcha se basaba en las tradiciones. Una ciudad además de poetas y de escritores. Por eso hablar ahora de que puede desaparecer el Festival por falta de apoyo económico de la administración local es fallarle a la esencia de Burgos. Es falta de sensibilidad de nuestros políticos, y probablemente, sí, errores de los organizadores en el papeleo burocrático que hay que presentar y justificar. Quizá eso forme parte de la forma de ser de los burgaleses, a los que en general les cuesta, entiendo que por el carácter, pedir ayuda. Y también por lo cainitas y envidiosos que somos los seres humanos.

El Festival debe pervivir. Estoy seguro que se arreglará en las próximas semanas, y aunque no tengan el tiempo que sería necesario para ‘fichar’ a buenos grupos internacionales, el buen nombre del mismo y la capacidad de trabajo de sus organizadores los conseguirán para alternar con el buen hacer y profesionalidad de nuestros grupos de la capital y la provincia. Y en julio volveremos a ver in situ o en la tele una afición que se extiende por toda esta tierra y que se manifiesta en todo el mundo.

El candidato

Lleva meses anunciando Álvaro Melcón es Escaño Cero (Onda Cero, 13.15 horas) que Javier Lacalle no será el candidato del Partido Popular al Ayuntamiento de Burgos. Su cercanía al actual presidente regional de la formación política quizá le lleve por otros menesteres. Es cierto también que lleva muchos años en la Plaza Mayor, tanto como mano derecha de Aparicio o como principal edil, y eso además de quemarle suma decisiones controvertidas y hace olvidar las buenas, aunque todavía todo podría ocurrir.

Recuerdan estos momentos lo ocurrido en el último año y medio con Valentín Niño una vez anunciada su retirada. Fueron unos meses caóticos, donde inicialmente no había una alternativa clara a Niño ya que algunos de los designados no aceptaron la propuesta. Probablemente la causa fuera que no tenían clara una victoria por mayoría absoluta, como puede volver a suceder en el 2019, y no querían jugársela y pasar al menos cuatro años en la bancada de la oposición, algo a lo que no estaban acostumbrados en el centro derecha en la tradicional –entonces- capital castellana.

Ahora podría pasar lo mismo, que Lacalle anunciara pronto su abandono del sillón municipal y que no se conociera quién ocupase el primer puesto en la candidatura. Dicen que hay tres nombres que suenan más que otros, como es el caso de Carolina Blasco, Salvador de Foronda y Ángel Ibáñez, el tapado en Valladolid. Precisamente será el actual alcalde como responsable de organización del partido a nivel regional quien de el visto bueno definitivo con el aval de Mañueco, quien por cierto ha asegurado que los candidatos a las Cortes Regionales se conocerán antes del verano, pero que las listas municipales probablemente esperarán.

Podría ser que Lacalle encabezara esta lista en Burgos, para asegurar al menos su puesto de procurador, no fuera a ser que el PP no gobernase y el alcalde se quedara compuesto y sin novia, esperando un cargo que no llegaría. De eso también es consciente el presidente regional, quien sabe que probablemente si gana tendría que gobernar en minoría con pactos. Y también lo es Herrera, quien ha afirmado recientemente que Ciudadanos ha venido para quedarse, y que hay que contar con ellos.

Podríamos volver a tener en Castilla y León un gobierno con dos partidos y distribución de consejerías. No soy adivino, ni creo en las meigas, pero he llegado a soñar que Pocholo sería responsable de Cultura, y dado su pasado comunero se pueden imaginar hasta dónde llegaríamos.

También es verdad que no todos los nombres de la formación naranja son como Albert Rivera e Inés Arrimadas, y los votantes ya comienzan a tener experiencia sino de su forma de gobernar, sí de la manera de hacer oposición en municipios y autonomías, y de cómo se pueden alinear con la derecha y con la izquierda.

Aunque todavía faltan meses para resolver la cuadratura del círculo, pronto conoceremos los primeros pasos, y algunos puede que sean sorprendentes. De hecho, si de algo estoy casi seguro, es que no habrá ningún alcalde en capital de provincia en Castilla y León con mayoría suficiente para gobernar. Y, de nuevo, los pactos.

 

Regino

El tipo, todo un medalla olímpica, se ha roto todo el cuerpo a lo largo de su carrera deportiva para llegar al bronce en snowboard, pese a haber nacido en Ceuta y criado en Mijas, donde no han visto la nieve en los últimos quinquenios. Se ha dañado un hombro, se rompió la clavícula, tiene operadas las dos rodillas, el otro hombro y también hizo crack el cúbito y durante las carreras en las que participó en los Juegos tenía una muñeca con una fisura. Regino es desde los 4 años un friki de la nieve, donde le llevaban sus padres –también amantes de la misma- todos los fines de semana, desde Málaga a Sierra Nevada. Veinte años después ha demostrado que se puede nacer en el continente africano y estar entre los mejores en una especialidad en que en menos de dos minutos te juegas hasta la vida.

A Regino nos lo podríamos encontrar, fuera ya de las montañas, en cualquier concentración motera de las que hay por ejemplo en Valladolid. Con sus anillos con calaveras, con sus múltiples tatuajes y con su Harley Davidson a cuestas. Ya tienen los de Pingüinos un posible candidato para ser premiado en su próximo evento. Por su envergadura pudo ser perfectamente pívot de balonmano. Y por su barba, pirata en cualquier barco. Dice que antes que afeitarse la misma se corta los coj….

Tiene una voluntad de hierro, parecida a la imagen de su casco que podría pertenecer a cualquier superhéroe, y que probablemente se ponga de moda. Es, como muchos de nuestros deportistas, un ejemplo para nuestro país. Difícil de encontrar recursos y patrocinadores fuera del fútbol y del baloncesto, pero grandes a la hora de luchar por unos colores. Y sino que se lo pregunten a los jugadores de la selección española de rugby que están muy cerca de volver a hacer historia clasificándose para el Mundial de Japón del año que viene. O a los de balonmano, recientes campeones de Europa. O a los de fútbol sala, subcampeones. Y a nuestro patinador Javier Fernández, ganador de un bronce que a todos nos sabe a oro. Y…..

No es difícil admirar a Regino. Solo basta con ver la prueba donde se alzó con la medalla. En cualquier momento, como les ocurrió a los que iban detrás de él, podía haberse caído, y no solo perder la opción al tercer puesto, sino romperse por cualquier parte, como ya le ha ocurrido en contadas ocasiones. Pero es un tipo valiente, luchador, a todas luces honrado, y español, en un momento donde para algunos el país que defiendes con tu escudo y tu camiseta les da lo mismo.

Ojalá España contara con muchos Reginos. Ha conseguido su sueño que era un podio olímpico. Y ha conseguido que su deporte sea conocido en nuestro país. Los hermanos Fernández Ochoa lograron que la afición al esquí se multiplicara. Regino está a punto de conseguir que me suba con una tabla a la estación de Lunada. (Es broma)