Hoy es el Día del Libro. Si tienen tiempo acérquense por la Plaza Mayor y compren uno. Es un placer la lectura, que no debemos llegar a perder frente a otras alternativas más visuales. Además hay que hacer una buena selección para que los más pequeños se vayan entusiasmando con la misma, y la puedan compaginar con sus videojuegos. Si no, estamos llegando tarde.
Hoy también es el día que se entrega el Premio Cervantes, el más importante de las Letras en castellano. Y también es un buen momento para reflexionar sobre la Real Academia de la Lengua Española, en su capacidad de ‘limpiar, fijar y dar esplendor’. Una RAE que ha dado cabida a numerosos perfiles en las últimas décadas hasta llegar a los 46 actuales, con 3 pendientes de tomar posesión, algo que la RAE prepara con un gusto exquisito.
Una RAE abierta que bien merecería que Alejandro Grijelmo formara parte de la misma. El escritor, profesor y periodista burgalés además podría inaugurar la letra Ñ por su esfuerzo en mantener las singularidades de nuestro idioma. Para formar parte de la Academia necesitaría de tres padrinos inicialmente, y luego la elección por parte de todos los miembros. Pero méritos no le faltan al que ha ido buscando cancioneros para mantener las palabras antiguas y las tradiciones. Fue el creador del Libro de Estilo del periódico de más difusión española, durante su presidencia en EFE creo la Fundéu, para el cuidado de la lengua española y su adaptación a los nuevos tiempos; sigue escribiendo en El País y por su pasión por los deportes en el AS.
Pero, sobre todo, cuenta con libros de lectura imprescindible para presentes y futuros periodistas, y aquellos que quieran adentrarse más en nuestro idioma común. Ejemplos son ‘El estilo del periodista’, ‘Defensa apasionada del idioma español’. ‘La seducción de las palabras’ , ‘La información del silencio’ o ‘Palabras de doble filo’. Grijelmo además es un gran comunicador, de ahí su premio Antena de Oro, y su reciente nombramiento como miembro de la burgalesa Institución Fernán González.
Las comparaciones son odiosas, así que las evitaremos, pero en la RAE hay los suficientes periodistas y columnistas como para llevar de la mano esta candidatura. Algunos de los académicos parecen haber llegado a sus sillones por sus méritos empresariales, otros por la defensa jurídica, los más por sus escritos, pero pocos por una defensa tan directa del castellano como ha llevado a cabo Alex Grijelmo.
Siempre debería haber un burgalés en un sillón mayúscula o minúscula de la RAE. Escritores hemos tenido y tenemos. Habrá que contar con un lobby.
