Archivo por meses: julio 2022

Escuchar la radio

Acaba la temporada de radio, y lo hace con los datos del Estudio General de Medios, que es un informe donde se indica la audiencia de cada emisora, de los programas, las tendencias, etc. de una forma periódica; donde aparentemente todos ganan.

Lo que si es manifiesto es que la radio está sobreviviendo con más que  dignidad a cualquier competencia informativa con otros medios, ya sea la televisión, internet o las redes sociales; que son millones las personas que escuchan sus espacios a través del móvil, de un ordenador, de un transistor o un pinganillo mientras pasean, corren o pedalean –no, sin peligro-. Y es tiempo también este mes de julio de cambios. Hay directores de programas consolidados, y otros que van alternando su presencia en antena. A finales de agosto comienza cada año una nueva carrera por el liderazgo. El EGM genera  publicidad, y esto significa resultados económicos y beneficios. Por eso cuando finalice el verano se encontrarán probablemente con otros conductores en algunos proyectos.

Hay radio generalista, convencional, y musical, básicamente. Y luego está la local, la de los esforzados de la ruta. En la generalista se encuentran los grandes comunicadores. A todos ustedes les sonará, y nunca más apropiado el verbo, Ángels Barceló, Carlos Herrera, Carlos Alsina o Pepa Fernández. Los fines de semana, al otro lado de las ondas, uno se puede encontrar también con notables radiofonistas –profesionales de la radiodifusión- como Javier del Pino o Jaime Cantizano. Por no hablar de Ángel Expósito,  Federico Jiménez Losantos y un largo etcétera de comunicadores con miles de fieles escuchantes a lo largo del dial. Y los programas de la tarde, y los de la noche, y los deportes –cuántas guerras en el pasado, donde la noticia ha dejado paso a la opinión-, con un Mundial en noviembre… Y la radio musical, ahí tengo debilidad por Javi Nieves y Mar Amate en las mañanas de Cadena Cien, buenos amigos y buena gente, y con más de un millón de oyentes que madrugan.

La radio es acompañamiento, y es muy fácil cambiar de canal cuando te altera un tertuliano, o buscar el podcast que te perdiste, como La Cultureta de Amón y sus colegas en Onda Cero, o Arsuaga en El placer de escuchar en RNE y ahora en sus conversaciones con Millás en el verano de la SER.

Para algunos la radio es droga dura, para otros un calmante, y un desahogo. Para muchos la manera de que la música le acompañe en un viaje o en una tarde calurosa. E incluso puede coger el teléfono y manifestar su opinión.

Citaba a los periodistas locales. A veces no solo luchan contra las adversidades de la falta de medios, sino también, con honrosas excepciones, ante su propia cadena. Para ellos, también, mi admiración.

Burgos, capital cultural

Probablemente si le cito estas tres ciudades  Novi Sad (Serbia), Kaunas (Lituania) y Esch-Sur-Alzette (Luxemburgo) no encuentren a simple vista lo que las une. Tendrá que navegar, eso sí muy poco tiempo, por internet para reconocerlas este año 2022 como las tres capitales europeas de la cultura. El Covid ha hecho que a lo largo de estos doce meses sean tres y no dos las que representen este título.

En Burgos, recordar el nombre de Capital Cultural es la historia de un éxito, más que el fracaso en la última votación ante San Sebastián, una decisión que aseguran que fue fruto del interés político, aunque nadie duda que la capital vasca goza de buena salud para lograr esta distinción y otras muchas. Y si hablamos desde el punto de vista gastronómico son los números 1.

Este fin de semana he tenido ocasión de compartir unas horas con David de Jorge, socio de Martín Berasategui, el cocinero español con más estrellas Michelín. Y ha sido un lujo, no solo por acompañarle a el y su familia a Atapuerca o al MEH, sino por el conocimiento que muestra aderezado con un buen humor permanente. Y no es de extrañar que a los donostiarras, con este ejemplo, les eligieran en ese momento

Ahora en Burgos, aunque todavía con la boca pequeña, se plantean desde diferentes instancias que nuestra ciudad, tan querida y admirada por la mayoría de los visitantes que llegan –experiencia tengo- vuelva a optar al título para el año 2031. Es probable que para entonces todos calvos, pero ya llegamos tarde si nos dicen que la primera selección tendrá lugar en 2024 y la definitiva en 2025, para luego esperar seis años a mostrar nuestras esencias.

Han pasado ya 11 años desde que nos dijeran en 2011 que en 2016 San Sebastián se llevaría el título. Hasta esa elección fueron muchos los meses en los que se derrochó bastante trabajo, ilusión e imaginación para alcanzar el diploma. Y suficiente unidad.

Lo primero que hay que hacer ahora parece que es tomar la decisión definitiva de preparar la candidatura. No lo que se está realizando, que son pasitos. Habrá las mismas dificultades, sino más, que entonces, pero algo habremos aprendido en todo este tiempo, en un territorio donde se habla mucho de Origen, porque se asientan las bases de la historia o de la lengua por ejemplo. Promueve Burgos ha hecho las primeras convocatorias y recogido algunas ideas. Pero se ha quedado en eso.

Y les digo que lo de menos es el número de visitantes que podamos tener desde que en 2025 nos pudieran nombrar Capital Cultural hasta 2031, el año efectivo. Esta candidatura sería un síntoma también de que hemos madurado como ciudad, que buscamos lo que nos une y no lo que nos separa, y eso supone eliminar vanidades superfluas, y en esa unión, también la de los partidos políticos, y ya están tardando las Cortes de Castilla y León, que se supone que serán las mismas en 2025, para apoyar conjuntamente la opción de Burgos para Capital Cultural. Si queremos ya este título, pongámonos las pilas.

(Si quieren ver la amena conversación de David con Juan Luis Arsuaga pueden encontrarla en el canal de youtube del MEH).

 

Toros

Confieso, en plena Feria del Toro de Pamplona, que no soy aficionado a la tauromaquia, donde me gustan los animales es en el campo, a cielo abierto, pastando y corriendo por las dehesas. Por eso disfruto cada vez que puedo acercarme a La Cabañuela y contemplar el ganado a sus anchas. Pero eso no quiere decir que no entienda que exista la fiesta nacional y no lo vea también no solo como una tradición, sino como una atracción. En torno al toro se viven los Sanfermines, desde la mañana a la noche. Dicen los navarros que la fiesta aporta a la comunidad foral 74 millones al año por el reclamo en todo el mundo que supone.

La primera corrida de toros a la que fui era un regalo de cumpleaños de mi padre –gran aficionado-. Me llevó a Oviedo, creo recordar que celebraba los 14 y hasta esa edad no se podía acudir a la plaza. Allí estaban los diestros Julio Robles –malogrado posteriormente por una cogida-, Palomo Linares –hubo suelta de palomas- y me parece que El Niño de la Capea. Lo que más me sorprendió no fue el tamaño de las reses, ni la plaza, ni los puros… fue el paso del blanco y negro al color. Hasta ese momento lo que había visto de la fiesta había sido a través de la televisión en tonos grises, y allí me encontré con un espectáculo de diversos matices y sobre todo colorido. Y me flipó.

No había entonces batallas culturales que dirimir, ni animalistas que convencer. La feria taurina era, y sigue siendo, un lugar de encuentro, muy diferente en todos y cada uno de las ciudades donde se celebran. Pero al menos hasta este momento, generan buenos datos económicos, pese a la crisis que también ha llegado. En el año anterior de la pandemia, más de 4.500.000 personas acudieron a una corrida a lo largo de la temporada de 2019. A  la Feria de Abril le llegan 20 millones anuales por este motivo. En San Isidro la repercusión en la economía de Madrid alcanza los 70 millones. En toda España, el impacto supera los 4.250 millones de euros. Y subvenciones, las justas, el Ministerio de Cultura dedica 65.000 euros anuales a la fiesta, 35.000 para la Fundación del Toro de Lidia y 30.000 para el premio nacional de Tauromaquia. También hay aportaciones de las Comunidades Autónomas y de los Ayuntamientos, pero no he encontrado datos cuantificables para publicarlos, aunque soy consciente de la aportación en Castilla y León a la tauromaquia, declarada Bien de Interés Cultural desde 2014.

Evidentemente son muchos más, no hay más que ver el número de espectadores, las personas favorables a que perdure la fiesta frente a lo contrario. También es verdad que en Gijón, mi ciudad, la feria por ahora ha sido eliminada por la alcaldesa, debido a dimes y diretes, y ha sido la alcaldesa de Santander la que ha ido a vender a mi villa su feria a la desolada afición, pero que tampoco ha salido a la calle mayoritariamente para protestar por la ausencia de toros.

Para los defensores de la fiesta, hay un libro de Rubén Amón ‘El fin de la fiesta. Por qué la tauromaquia es un escándalo y hay que salvarla…’ que es capaz de convencer a los antitaurinos.  Son múltiples las razones a favor de esta tradición. Y no sería bueno perderla.

‘Qué leer cuanto antes’

En este libro el profesor y escritor afincado en Burgos, José Ramón Ayllón, se atreve a enumerar los textos que debemos conocer

Vivimos inmersos entre estadísticas, listados, ‘influencers’… Contamos con las 100 mejores películas en Netflix, las 10 mejores series en HBO, los 25 destinos turísticos que no te deberías perder e incluso Amazon te dice aquello que debes comprar periódicamente … Hay unas listas  también frecuentes en los pocos suplementos culturales que aún quedan como es la de los libros más vendidos, de ficción o no, los infantiles y los de poesía.

Ahora que llega tiempo de descanso para algunos –no olvidemos tampoco que prejubilados o pensionistas cada vez son más, y esos se supone que gozan de minutos- se acaba de publicar un libro ‘Qué leer cuanto antes’  (Homo Legens, 2022) por parte del escritor y profesor José Ramón Ayllón, un cántabro afincado en Burgos, que si bien todas las enumeraciones son subjetivas, son todos los libros que están aunque es probable que no estén todos los que son. Un listado que incluye a autores tan diferentes como Orwell, Frankl, Homero, Shakespeare, Dostoievski, Ginzburg, Bobin, Cunqueiro, Jiménez Lozano, Delibes, Manrique, Machado……

Más de medio centenar de títulos que a buen seguro habrán pasado unos cuantos de ellos por sus manos, amigo lector, y otros tiene pendiente de hojear. Pero entre ellos, este docente de historia y filosofía, destaca un Top Ten de imprescindibles con ensayistas, novelistas, poetas… Homero, Sófocles, Platón, Marco Aurelio, San Agustín, Cervantes, Shakespeare, Calderón, Dickens, Dostoievski.  No sería fácil eliminar a uno para sumar a otro, aunque para gustos no hay nada escrito, más para el autor de ‘Qué leer cuanto antes’ forman parte de otra galaxia estos creadores.

Del resto podemos encontrar uno de los libros más vendidos como el Diario de Ana Frank, o un semi desconocido en España Autorretrato con radiador, de Christian Bobin. ¿Y los autores en castellano? Borges, Cunqueiro, Chaves Nogales, Delibes, Galdós, Sábato, Juan Ramón, Jiménez Lozano, Machado, Jorge Manrique, Julián Marías, Miguel D’Ors.

Algunos autores no sorprenden proviniendo de un profesor de Filosofía e Historia. Y están los que no podían faltar: Chesterton, Frankl, Orwell, Pernaud, Tolkien, Tolstoi, Goldin, Kapuscinski… o descubrir joyas como Cartas y Diario de Etty Hillesum, Verde Agua de Marisa Maieri, La comedia humana de Saroyan, o Un árbol crece en Brooklyn por Betty Smith.

Total, que puede elegir este verano entre apantallarse con La casa de papel (versión coreana), Now and Then, Vikingos, Rapa, Operación Marea Negra, Intimidad, La edad dorada, Peaky Blinders, Outer Range, The Umbrella Academy, The Staircase, Tiempo de Victoria o por supuesto Stranger Things (la preferida de uno de mis sobrinos)  por citar solo series de 2022, o imbuirse de nostalgia, belleza, amor, y especialmente sensibilidad con la lectura de libros que recordará siempre, y que usted puede completar con la colaboración de amigos y, por supuesto, Google, que siempre le recordará  los más vendidos.

Ah, y leer es gratis, si tiene dificultades económicas, solo tiene que hacerse el carnet de una biblioteca.